La separación de HIM en 2017 fue un balde de agua fría para sus seguidores, y es que la agrupación finlandesa caló hondo en el imaginario gótico de los ’00. Una mezcla peculiar que trascendía barreras, al inmiscuirse mayormente con sonidos ligados al rock alternativo –aunque claro, siempre filtrados tras un prisma gótico característico y fundamental–, lo que terminó por crear una audiencia variopinta que congregaba diversas demografías. No era sólo el concepto gótico de antaño (o a lo menos el noventero), sino también una visualización modernizada en que también se podría considerar que caían otros nombres como Evanescence.
En ese sentido es que lo obrado por HIM era algo de lo más peculiar, puesto que si bien su marca estética oscura estaba bastante marcada, sus sonidos seductores se dirigían a más de un tipo de oído. Además, en dichos tiempos MTV estaba en plena etapa dorada, reproduciendo el sinfín de videoclips que salían en dicha época. Más de alguna persona habrá quedado encantada al ver los tonos graves de terciopelo de Ville Valo, quien gozaba de una personalidad particular.
En este sentido, VV es un romántico. Si algún punto se ha mantenido constante a lo largo de su carrera, es su perspectiva melodramática del romance y las pasiones, razón por la que su presente resulta tan familiar. Por supuesto, Valo cuenta con su propio sonido, del cual su voz y persona fue cultora, y que en el día de hoy se percibe en su ‘Neon Noir’ (2023), su debido debut discográfico.
Celebrando e idolatrando las formas y detalles conceptuales del cine neo-noir –como indica el nombre del LP–, VV se sitúa en el pasado para resignificarlo a su palabra y voluntad. Ahí toma importancia el neón, que viene a contrastar un poco el existencialismo noir para mostrar pasajes rojizos más complejos, nutridos primordialmente por el amor como motor conceptual.
De esta forma, y diversificando su vocabulario inglés extraordinariamente, Ville Valo abraza sonidos algo conocidos ya como el pop rock y el rock alternativo, manifestándose ominosos y espesos, para así dar pie a una intensidad emocional que llega a ser avasalladora. Como si se tratase de un romanticismo espeso, lúgubre, al punto de equipararse a la oscuridad evocada. Una idea de lo más estremecedora, a decir verdad, después de todo, pareciera una propia apología de lo que significa amar en el presente, y el finlandés encontró en su propia cosmovisión el peso para decir ello.
No te pierdas a Ville Valo el próximo 30 de octubre en Teatro Coliseo. Entradas disponibles a través de PuntoTicket.