Escrito por Felipe León
Fotos por Juan Manuel Hernández
Si bien, se suele decir que el movimiento punk tuvo su época de popularidad a finales de los 70’s, es innegable destacar el carácter revolucionario que continuó manteniendo para la siguiente década. En ciertos casos, extremando sus recursos como ocurrió con el importantísimo hardcore punk, que de alguna forma captó parte del espíritu radical y de disconformidad, como una manera más de sortear las políticas neoliberales impulsadas por Margaret Thatcher en UK, y Ronald Reagan en USA, país donde nacería Black Flag.
La banda fundada en 1976 por el guitarrista Greg Ginn, alcanzó su cuota eclosión artística y popularidad en pleno cambio de década, representando una forma de oposición a los daños que estas políticas generarían progresivamente acentuando la desigualdad. Gracias a obras como Damaged (1981), clásico absoluto del hardcore punk y por supuesto My War (1984), disco que la banda vendría tocando de forma íntegra en su nueva visita a Chile.
La Sala Metrónomo recibió a la encarnación moderna de Black Flag, liderada por el eterno Greg Ginn, pero además, compuesta por otros tres integrantes que estuvieron a la altura del legado con el que cargan. Porque, es verdad, muchas críticas vienen desde los ciertos sectores que ven con recelos estas reuniones. Contradicciones que emulan el carácter purista al que, de forma generalizada, muchos punks se opusieron en toda la historia. Entonces, ¿vale la pene el berrinche? ¿Vale la pena revivir a la banda?
La respuesta está en la misma interpretación que brindaron pasada las 21 horas del martes 17 de octubre, conteniendo el ápice de integridad que formularon dichas obras en el pasado. De partida, la apuesta en escena no se sintió forzada ni mucho menos nostálgica. Al contrario, Black Flag es una banda clásica que viene con un nuevo aire dimensionado sobre todo en los directos. He ahí la interpretación concisa y fiel de aquel My War, que introdujo en su primera mitad esos agresivos y dinámicos trances de crudeza reflejados en «Can’t Decide», «I Love You» o la propia «My War».
Y si bien, Mike Vallely cumplió de forma excelente con su labor como vocalista (conservando parte de los colores de Henry Rollins, voz original de ese álbum), es en canciones como «Nothing Left Inside», Three Nights» y «Scream» donde adquiere mayor notoriedad. En sí, estas composiciones son mucho más extensas y lentas, siendo precursoras de lo que conoceríamos posteriormente como sludge metal, y Mike traspasó a la perfección esa ansiedad narrativa propia de la interpretación vocal.
Tras una pausa de varios minutos, Black Flag concluyó su nuevo paso por Chile con todo un cóctel de clásicos nacidos en la época dorada del grupo. Desde «Slip It In», «Six Pack» o «Black Coffee», pasando por «Nervous Breakdown», «TV Party» o «Rise Above». Himnos que definieron el punk, y que fueron entregados a un público variado en rango etario, de una manera por lo bajo consecuente con su importancia histórica. Nota aparte lo crack que es Greg Ginn. Para derribar prejuicios.
Más fotos a continuación: