Escrito por Felipe León
Fotos por Miguel Fuéntes
Lo vivido el pasado jueves 28 de septiembre se puede catalogar como una noche especial. Una de esas veces que sólo ocurrirán una vez (¿o quizás no?), durante la gira, y que se repetirá para fortuna de muchas personas, hoy viernes en el Club Chocolate. Porque el recinto fue testigo de una curiosa unión entre Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala, dos piezas claves en la historia del metal europeo en los últimos 30 años.
Tampoco se conocían muchos detalles sobre el evento, más allá del nombre: Six Strings and a Voice. Por lo mismo, existió una actitud un poco “a la vida” por parte de los asistentes, porque digámoslo, Chile ha sabido apreciar el legado de ambos músicos. ¿Qué podría salir mal?
Un set acústico previo a Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala
De hecho, desde un comienzo las cosas pintaban bien, cuando subieron al escenario Caterina Nix y Nasson, miembros de Six Magic, entre muchas otras cosas. Sus interpretaciones generaron el ambiente idóneo para lo que vendría más adelante con Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala.
Ambos artistas ofrecieron un set acústico, donde Caterina Nix hizo gala de su distintiva voz, junto al guitarrista que también ofreció canto y presencia. Todo esto, al son de canciones de Six Magic, así como algunas versiones, como la de “Remember Me”, original de Sinner’s Blood. Proyecto que abrió el pasado show de Tarja, en el que participa el propio Nasson.
Marko Hietala: El fuego & hielo nórdico
Elección ad-hoc previo al arribo de Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala, aunque en un comienzo lo hizo solo el bajista y vocalista. Aunque tampoco estuvo solo, pues Tuomas Wäinölä ofició como guitarrista durante gran parte de concierto.
De este modo, el show comenzó con un set de casi media hora en donde solo Marko y Tuomas mostraron música. Aunque lejos de parecer extraño, el carismático músico rompió el hielo con facilidad, siendo en todo momento bastante comunicativo. De esta forma, aprovechó de plasmar canciones como “Stone” o “Isäni ääni” de su álbum solista Mustan sydämen rovio (2019), en el que también participa el guitarrista.
Aunque los covers también fueron parte importante, siendo un pequeño aviso de lo que ocurriría durante gran parte del show de Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala. “Jailbreak” de Thin Lizzy, “Holy Diver” de Dio y “Children of the Grave” de Black Sabbath recibieron una respuesta un poco más eufórica por parte del público, previo a que sonara “Child of Babylon” de Whitesnake.
Anneke Van Giersbergen: el significado del carisma
Momento en que Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala se unen finalmente en vivo, siendo una ovación la presencia de la vocalista neerlandesa. Junto a los músicos, Tuomas Wäinölä comenzaría a cumplir un rol aún más relevante. Demasiado carisma junto.
De aquí en adelante solo Anneke estuvo sobre el escenario por un buen rato. Oportunidad que la artista aprovechó para interactuar con el público, con una disposición a responder que siempre fue genuina. La atmósfera fue acogedora en todo momento, aunque en este pedazo del concierto las cosas se volvieron mucho más cálidas y hasta mágicas. Quizás es algo que resulta mejor presenciar en vivo (vayan hoy), pero lo generado por Anneke es como si el tiempo se detuviese, y la música se transformara en algo omnipresente.
Aquello se manifestó tanto en piezas solistas como “Lo and Behold”, “I Saw a Car” (uno de los momentos más curiosos) o “Hurricane”, como prueba de su alcance. Pero lejos, las versiones fueron de lo más destacado, cuando interpretó “Valley of the Queen” de Ayeron o “Like A Stone” de Audioslave. Porque los covers fueron muy importantes en el concierto de Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala.
Por supuesto, los momentos The Gathering fueron varios y de los más aplaudidos y emocionantes, donde la voz de Anneke se volvió gigantesca con “Saturnine” o “The May Song”. Preciados instantes en la vida de un reportero, y fanaticada, claro está. Muchas de las caras lo expresaban todo.
Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala: comunidad
Un nuevo cover apareció en el Club Chocolate, esta vez con “Catch the Rainbow” del clásico debut de Rainbow. Momento en el que volvieron al escenario Marko y Tuomas, retomando sus roles como bajista y guitarrista respectivamente.
Último tramo no menos sorprendente, con varios momentos del concierto de Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala que seguramente serán los más comentados entre sus asistentes. Por una parte, “The Hobbit Song” del mencionado disco solista del bajista, generó un sentir de comunidad con el público, el que se multiplicó con hitazos tipo “Wasted Years” de Iron Maiden. O ya para el final cuando sonó “Perry Mason” del gran Ozzy Osbourne.
Un tributo que pasó a sus propias discografías. Cuando Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala, junto a Tuomas Wäinölä, sellaron la noche con el clásico de The Gathering, “Strange Machines”, de ese aclamado disco de metal gótico Mandylion (1995) . Una de las memorables postales que dejó el concierto, que tuvo su guiño también a Nightwish, siendo la escogida “The Islander” del Dark Passion Play (2007).
Una noche especial, que pocas veces ocurrirá, y que para fortuna de los asistentes, será una jornada para recordar. Y comentar. Da mucho para eso, porque pocas veces cerrarán con “The Sound of Silence” de Simon & Garfunkel.
Más fotos a continuación:
Anneke Van Giersbergen y Marko Hietala
Caterina Nix y Nasson