Escrito por Felipe León
Como previa a la esperada visita de æspa a Chile (aún no la creemos), recorrimos cada uno de los tres actos que el grupo ha estrenado en su corta pero fructífera existencia. Tres lanzamientos que dan cuenta de la personalidad innovadora del proyecto compuesto por Karina, Giselle, Winter, y Ningning, la que mostrarán en un concierto AGOTADO producido por DG Medios, el próximo 14 de septiembre en el Teatro Caupolicán.
Primer Acto: Savage
Haciendo su aparición en pleno 2020, se puede hacer el caso que Aespa es de los grupos de k-pop más relevantes nacidos en esta década. Compuesto por Karina, Giselle, Winter, y Ningning, bajo la tutela de SM Entertainment (Girls’ Generation, BoA, SHINee, Exo, Red Velvet y más), el proyecto se ha destacado rápidamente por su sonido contemporáneo, muy al tanto de las tendencias mundiales del pop, sin descansar en ello; más bien empleando dichas influencias en un tratado propio, con tintes experimentales e impredecibles. Hacía ese costado apunta Savage (2021), su primer acto.
La esencia futurista proyectada en este primer mini álbum, le queda bastante bien a la uniformidad propia de sus canciones. Seis episodios que ofrecen una perspectiva cambiante, punzante y determinada a la hora de plantear nuevas rutas, favoreciendo lo bombástico que puede ser el k-pop. En ese sentido, Aespa equilibra tanto dentro del mini álbum como en las canciones en sí, los tonos más accesibles con aquellos mucho más abiertos a explorar. Por lo mismo, no es extraño encontrar cierta complejidad rítmica en medio de estribillos pegadizos, como bien lo representa “Yeppi Yeppi”.
Savage es un golpe estimulante a la idea del pop en sí. Claro, haciendo eco de fenómenos como el hyperpop imperante de esos años, como puerta de entrada a sonidos como el future bass, al trap en su concepción de música electrónica de baile, o al electropop. Todo bajo una lectura sonora que aprovecha de forma generalizada, las bondades de un pop rap que puede ser directo, ruidoso y colorido, sin renunciar a los horizontes r&b propios de cierto k-pop. Como lo refleja el cierre “자각몽 (Lucid Dream)”, a la par en sus méritos con bombazos tipo “Savage”, o la inmensa “I’ll Make You Cry”. Un primer acto que generó instantáneo fanatismo y claros consensos.
