Escrito por Juan Pablo Ossandón
Ghost, la banda comandada por Papa Emeritus, se presentará el 27 de septiembre en un Movistar Arena totalmente sold out. Por ello, seguimos instalados en nuestro recorrido por su asombrosa discografía, que en este caso nos dirige a su cuarto álbum: Prequelle (2018).
La agrupación sueca se encarga especialmente de que cada uno de sus trabajos tenga identidad propia, no sólo en lo conceptual sino que también en lo sonoro. Además, en «Prequelle» y los cambios de formación presentes en dicho trabajo, dispusieron a los suecos en un rostro creativo distinto, en una movida que los instalaría rápidamente a las grandes ligas con shows agotados en arenas alrededor del mundo.
Y es que no es que Ghost haya abandonado el heavy metal u otros sonidos conocidos en su discografía, después de todo, temas como «Faith» o «Pro Memoria» son piezas con la marca registrada de los suecos a todas luces. Sin embargo, fue el appeal mainstream del pop rock que dispuso este trabajo a ser una batería de hits que serían coreadas por miles y miles de personas noche tras noche.
Recordado es el primer sencillo, «Rats», que ya mostraba la novedad. El pop rock llegó para quedarse, y es que al entrelazarse con el resto de sonidos enraízados en la nomenclatura de Ghost, permitía que canciones como «Witch Image» o «See The Light» surgiesen, siendo un plus para las playlists de sus seguidores.
Por lo demás, la actitud más festiva y relajada permitía encontrar en su tracklist temas importantísimos como «Dance Macabre», uno de los hits más populares de la banda hasta el día de hoy. O bien, una pieza como «Miasma», con uno de los solos de saxofón más carismáticos que haya podido ver el género, en una interacción novedosa que constituyó uno de los favoritos de la fanaticada.
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