Escrito por Tomás Pérez
Fotos por Andie Borie
El artista colombiano se adueñó del Movistar Arena, el que puso a bailar de principio a fin, llevándolo por un recorrido a través de los 30 años de su carrera hasta día de hoy, sumergiendo a los asistentes en un carnaval de emociones y energía desenfrenada.
Karla Grunewaldt fue la cantautora chilena encargada de preparar el ambiente para el arribo del plato fuerte de la noche. La intérprete de “Cegando a la razón”, se presentó a eso de las 20:30 hrs de la noche y con un poco más de 20 minutos en el escenario, logró conectar con un público ansioso de espectáculo. Y es que, con un desplante escénico notable, junto a una encandilante combinación de baile y luces, Karla logró cautivar a un Movistar Arena que cada vez se iba repletando aún más.
Con canciones como “Una última vez” o “Transparente”, la artista dio rienda suelta a su poderosa y definida voz, acompañada de una percusión simple y una guitarra que emanaba poderosos acordes. Karla Grunewaldt entregó una puesta en escena que desprendía comodidad y seguridad, encantando a cada una de las personas del público con sonidos pop que se entrelazan en baladas románticas y líricas centradas en el ser y sentir de la cantautora.
Siendo las 21:20 hrs de la noche, las luces se apagaban y se proyectaba un video que partía presentando al mismísimo Carlos Vives, hablando un poco de su carrera, la herencia musical de la que venía y una posterior evolución a los sonidos un tanto más pop con los que trabaja hoy en día. Posterior a esta presentación, arribaba al escenario el equipo musical con el que interpretaría sus grandes éxitos la noche del reciente jueves. Un equipo de 11 personas, donde se encontraban coristas, percusionistas, tecladistas, guitarras, bajo, instrumentos de aire e incluso un acordeonista. La presencia de instrumentos característicos del folklore colombiano también se harían presentes para participar de una maravillosa y sabrosa jornada, repleta de ritmos, sazón y baile.
Recordando sus inicios y los ritmos que lo llevaron a iniciarse en el mundo de la música, Carlos Vives comenta acerca de los vallenatos, la cumbia y el folklore, géneros que lo harían crear canciones que marcaron su carrera, como lo sería “La Gota Fría”, aludiendo a ritmos y sonidos que logró mezclar con tintes de rock, y que fueron llamativos en su momento. Algo que le permitió destacar en sus inicios al establecer y renovar ciertos géneros; son canciones que fueron interpretadas en un formato más renovado y que gracias a la organicidad de la banda en vivo, pudieron ser disfrutadas y bailadas por todo público.
Luego de una seguidilla de composiciones que recordaron los inicios de su carrera, se proyectó un cortometraje dividido en varias partes, donde un sinfín de artistas; colombianos y latinoamericanos, tales como: Juanes, Alejandro Sanz, Fonseca, Daddy Yankee, Manuel Turizo, entre otros; hablarían sobre el impacto que generó Carlos Vives en la música y en sus vidas: “La Chispa que prendió la Mecha”. Otorgándole un reconocimiento transversal, puesto que esta diversidad de nombres también abarcaba múltiples generaciones, y fue este el momento, donde aprovechando la contingencia, el originario de Santa Marta, interpreta hits más recientes como “Baloncito Viejo” o “Canción Bonita”, haciendo referencia a estos sonidos más pop que van de la mano con nuevas generaciones.
La noche continuaba en un Movistar Arena qué no paraba de bailar, incluso con las canciones más románticas del colombiano. Y es que durante uno de sus hits más grandes, “Volví a nacer” asistentes del público se comprometieron en matrimonio, generando un ambiente de felicidad, euforia y romanticismo, contagiando esta energía a su alrededor y convirtiendo el show en una celebración aún más personal.
Con casi dos horas de concierto, los ánimos seguían por las nubes, el público conservaba la energía suficiente para seguir bailando. Por su parte, Carlos Vives mantuvo su voz intacta y su desplante escénico lleno de vitalidad, junto a su banda lograron proveer de una felicidad tremenda a cada uno de los asistentes. Pero no todo se trata de fiesta, y es que llegando al tramo final del espectáculo, Carlos Vives realiza una reflexión acerca de su tierra natal, Santa Marta, y a sus habitantes. Comentando que gran parte de ellos trabajan como pescadores artesanales, declaró que él cantaba a su gente, por todas las veces que se vieron afectados debido a las construcciones en búsqueda de “desarrollo”. Por lo que, él se debe a su gente y canta por su gente.
Cerrando el show y llegando a las dos horas seguidas de carnaval, Carlos Vives agradeció, a su público, por volver a encontrarse con él tras largo tiempo sin verse, y agradeció también a su equipo de producción por hacer todo posible durante sus 30 años de carrera, presentando en pantalla tanto a sus colaboradores de la banda, como a sus colaboradores técnicos. Y es que la noche colombiana se cerró al son de “Cuando nos volvamos a encontrar”.
Carlos Vives fue el artista que en dos horas, logró conmover, cautivar y poner a bailar a su fanaticada a través de la revisión de sus 30 años de carrera, agradeciendo, reflexionando y conmemorando a su tierra natal. Un show completísimo en todos los aspectos; musicales, escénicos y sentimentales.
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