Live Review

Kany García en Chile: La reflexiva mirada de la pasión

Escrito por Felipe León
Fotos por Tania Martínez

Podríamos enumerar las tantas condecoraciones que posee Kany García, para así retratar la relevancia que ha tenido en el panorama musical este último tiempo, con 6 Grammy Latino como algunos de sus logros. Pero mucho más simple que eso. Como mencionó en un momento del concierto al quedarse sola con su guitarra, “sin maquillaje”,, y por su puesto, un público que pese a la exaltación que mantuvo en todo momento, se entregó de lleno a escucharla cantar y hablar. Y esa es precisamente una de sus grandes virtudes; el hacer grandes canciones siempre desde lo genuino.

Algo que en el fondo la ha acompañado durante toda su carrera, desde ese lejano 2007 con el primer álbum Cualquier Día, pasando por el homónimo de comienzos de la década pasada, hasta los tiempos más actuales, con el reconocido Soy Yo (2018), y claro, el más reciente El amor que merecemos (2022). Siendo este último el principal hilo conductor de un concierto marcado por la sólida interpretación sonora, muy fiel a las grabaciones pero abierta también a jugar con las emociones del momento, según la canción lo amerite. Pero más aún por el carisma gigantesco de una artista que va siempre por delante, con actitud, un mensaje claro y una versatilidad que invita a vivir la música desde distintos focos.

Aquello se evidenció en el gran desplante escénico de Kany García, capaz de convocar los sonidos más cercanos al pop latino, así como conciliar aspectos baladistas propios de la canción melódica, lo que en definitiva se adecua a la personalidad artística, donde todo parece natural, y a la vez, todo tiene su qué detrás. Bajo estos aspectos es que generó una comunicación constante con la audiencia del Movistar Arena, trayendo consigo canciones como “Mi plan de vida”, “Soy yo”, “Volver a amar”, “Duele menos” o “Bailemos un blues”, que precisamente elaboran esta perfecta sincronía que existe entre lo sonido y los dotes más de cantautora que ofrece.

Porque el mensaje es algo bastante relevante en su música, lo que queda patentando en las constantes intervenciones que hacía, tanto para agradecer al público que estaba vuelto loco, con muchos gritos tipo “Te Amo Kany” que provenían de las entrañas, como momentos espasmódicos que hablan de lo que genera la artista proveniente de Puerto Rico. Pero también de ideales mucho más firmes y relevantes, lamentando las altas tasas de femicidio que se mantienen en el mundo, haciendo un llamado de unidad y sororidad a las mujeres, la cuál fue respondida con gran admiración.

No por nada sus canciones florecen otros lugares en el corazón, más allá de las tendencias, sin rehuir de estas, más bien adaptándolas a su propia mirada. Su mirada sobre la vida, luchadora pero que también sirve para contener, para soñar, para esperanzar, aprender, y mandar a **** los malos amores, las cosas que no suman. Pues el romanticismo viene a ser parte de todo el atractivo que Kany García ofreció en una hora y media de show, haciendo eco de una sobriedad y sofisticación que al mismo tiempo resulta bastante apasionante, e inspiradora.

Una noche perfecta para su fanaticada, pero en general, para cualquier persona que disfrute de un buen espectáculo. De esos que sin tanta parafernalia se sienten mejor. Pues la honestidad de su música, es abrazada por un encanto que va desde lo emotivo a lo reflexivo, pero sobre todo a lo expresivo. A liberarse. Con un final épico, a la altura de su presencia, sellado por “DPM”. Hit mundial para una artista hit.

Previo al show, Vicente Cifuentes abrió la jornada, pero por problemas de logística no pudimos ver su show. De todos modos, les invitamos a escuchar su música que es maravillosa.


Más fotos de Kany García.

También puede gustarte...