Escrito por Felipe León
Fotos Martín Obreke
Un clima frío, húmedo y lluvioso se sintió la tarde-noche del sábado 29 de abril en Santiago, mientras en diversos puntos de la capital comenzaban a exhibirse cuantiosas y valiosas muestras musicales que dan voz y vida al panorama artístico de la ciudad. Propuestas que sintonizan con la expresión humana desde distintos rincones, como es el caso de esta trilogía de proyectos que azotaron el Club Subterráneo. Bandas como Chances, The Roman Roads y SVVVNT que nos recuerdan el misticismo que existe tras lo intenso.
Liberadora encrucijada de motivos sonoros que dan cuenta del fuerte entusiasmo que persiste en cierta parte del público, a la hora de afrontar una nueva jornada de música cargada a la crudeza del hardcore, o a la pesadez del metal. Ambas escuelas que desde el genuino clamor subterráneo, conjugan una suerte de adrenalina enraizada sobre todas las cosas en el carisma interpretativo/performático, y la sensibilidad emocional de historias y sentires que en instancias como estas, se hace preciso expresar. Por lo mismo, los constantes cantos al aire de algunas personas, sumado a los movimientos corporales que seducidos por la violencia intuitiva de la música, dibujan las formas más extravagantes, terminaron recopilados en las distintas postales que aquí precisamos.
Como en cada oportunidad, la entrada al ya mítico Club Subterráneo desde su vertiginoso descenso por la escalera hacia el escenario, auspició un panorama excitante que se encargaría de poner en sintonía SVVVNT. Ilustre visita proveniente de la hermosa Región de Los Lagos que dió el puntapié inicial con la particular soltura de su propuesta cargada al metal alternativo, matizada por ciertos toques rítmicos que sin problemas se que acoplan, tanto al groove como al nu metal. Esto sumado a la presencia motivada de su vocalista, que si ya le aporta con lo versátil de su voz a las canciones en formato estudio que presenta el grupo, en vivo lo sostiene aún mejor.
O así lo infieren las distintas canciones que fueron presentadas en la ocasión, potenciadas por esta apuesta en vivo que sostiene un cuidado detallista en cuanto a lo sonoro, y una apertura que se entrega a experimentar el momento. Al son de temas como “Comments” que partió la velada, o “The Mirror”, ambos adelantos de su próximo disco que representan fielmente la evolución que ha tenido SVVVNT. Pero las composiciones más antiguas de todas formas se hicieron presente, mostrando el carácter compenetrado que existe entre sus integrantes. Una primera probada de las tonalidades que ofrecía la noche.
Auspicioso primer encuentro que desde la primera banda, tuvo una cantidad considerable de público. Ni los climas “extremos” ni el fin de semana largo fueron impedimento para ir a disfrutar música en vivo. A sorprenderse con un proyecto como The Roman Roads que hace del impacto su vocabulario sonoro, comprometiéndose con la idea de llevar al extremo sus recursos visuales, sin depender necesariamente de la sobre estimulación. Al contrario, el grupo concentra su entusiasmo en aristas que tienen que ver más con el cómo se plantan sobre el escenario, cómo transmiten sus canciones a una audiencia que sacó rápidamente a relucir una evidente cara de sorpresa.
Porque no es menor lo de The Roman Roads, haciendo de lo performático parte sustancial de una impronta que se traspasa hacia los sentidos de manera general. Sí, te agarra desde lo visual, pero al cerrar los ojos de todas formas te dejas envolver por la azotante disonancia que con un fulgor caótico, la banda despliega a lo largo de sus canciones. Así, piezas como “Fracturado” fusionan un costado emotivo con otro más punzante, como sucede con “Dormidas”, demostrando el gran nivel de producción que se ve actualmente en los circuitos más independientes.
Una presentación sísmica que vaticinó la última estocada de la noche, reservada a la curtida visceralidad de una banda como Chances, que en sus años de recorrido no ha cedido un solo ápice de integridad. 10 años de carrera que ofrecen una urgencia intensa, melódica y sentida de su propuesta, sostenida por el impulso de un reciente disco homónimo que fue la tónica de la presentación, y que dicho sea de paso, se ha encargado de consolidar su propuesta. Porque esa forma de conectar con la audiencia persiste. Nunca se ha ido. Esto en parte por el imaginario expansivo que recoge profundas interpelaciones a lo emocional, transmitido por la banda de forma cuidadosamente cruda a través de sus canciones, reforzadas a la vez por una búsqueda más intuitiva que lleva la escucha a otros planos.
Más allá de las credenciales, la banda viene en un momento trascendental en su carrera. Por la ya mencionada obra, pero igual de importante por la presencia de Tamara como vocalista y Bejnamín como baterista, siendo ambos nombres una bocanada de aire fresco que sus integrantes históricos como son los guitarristas, y bajista, aprovechan para dar nuevos impulsos. Esto se iba evidenciando a medida que canciones como “Primero en caer” se dejaban caer, con momentos altamente brutales pero melódicos representados por “El muro que cedió”, o la melancólica y monumental “Sendero”, que bien reflejan el espíritu cambiante que se apoderó del recinto. Así, la manera en la que Chances transmite su música, aflora un caótico sentido del misticismo que simboliza la música en directo, con un efecto liberador de lo más gratificante.
Chances en vivo representa más allá del hecho, la vigencia de este tipo de escenas ligadas generalmente al hardcore punk y sus derivaciones, o el metal menos tradicionalista, nutridas en mucho de los casos por un ideal de autogestión que hasta estos tiempos existe; que jamás va a dejar de existir. Porque más allá del mito, hay música como la de SVVVNT, The Roman Roads, o Chances que está sucediendo, al mismo tiempo, en un mismo lugar. Como cada semana en sitios como el Club Subterráneo. La ciudad vive y la música es la banda sonora perfecta para sus postales.
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