Live Review

Niños Del Cerro en Club Blondie: Nueve años no pasan en vano

Escrito por Nicolás Merino
Fotos por Benjamín Díaz

 

Quizás cualquier presentación esté de más. Si esa banda que partió por allá por el 2014 logró sacar adelante un show en una Blondie casi llena, fue precisamente a punta del camino y prestigio acumulado con los años. Y el caso de los Niños Del Cerro es particular. Hoy se habla mucho de una ‘escena indie chilena’, aún cuando escenas que funcionaban así han existido siempre, incluso muchas veces acogiendo géneros bastante más nicho. Pero cuando hablamos de la escena a la que pertenecen los Niños Del Cerro y la pensamos de la forma en la que se entiende hoy, hablamos un poco de algo que existe -en parte- por ellos.

Si lo de ayer siquiera existió, fue luego de un largo camino. No sobra repasar un poco la historia. Vamos.

Los Niños Del Cerro editan su sólido álbum debut ‘Nonato Coo’ el 2015, contemporáneos a otras bandas de Indie Pop, Jangle Pop o Rock Alternativo que terminaban por conformar el ecosistema en el que se insertaban. Pero –y sin ningún ánimo de desmerecer el valor de su primer trabajo– la vez que rompieron un paradigma y una forma de pensar la vara de los discos de bandas independientes en Chile fue el 2018 con ‘Lance’. En aquella oportunidad viraron su sonido hacia la Neo-Psicodelia y se sacaron uno de los discos más celebrados de la historia de Chile (así nomás). Al menos se puede hablar de un consenso que pone al ‘Lance’ como el mejor disco chileno de su respectiva década.

Y cuando aterrizamos los argumentos, la celebración de ‘Lance’ es más bien lógica. No sólo se trata de un disco profundamente creativo para su respectivo género, sino que también lo es para toda una tradición chilena en la música popular. Todo Chile ha escuchado a Los Tres, Congreso, Taller Dejao, Chancho En Piedra o Los Jaivas (por poner los ejemplos más visibles), y no es sorpresa para nadie que en este país no exista ningún asco a la incorporación de sonidos más propios de la tradición chilena a la hora de decidir cómo estructurar canciones. Bueno, los Niños Del Cerro ya habían incorporado elementos andinos con precisa prudencia en el ‘Nonato Coo’, dinámica que se repitió sobre la Neo-Psicodelia con el ‘Lance’. Dando un balance no solo tremendamente fresco, sino también representativo. Todo esto sumado al lápiz cada vez más afinado de Simón Campusano (voz y guitarra) dejaron inscrito a ‘Lance’ en el canon chileno más obligatorio.

Una anticipación totalmente justificada hacía antesala al estreno de ‘Suave Pendiente’ el año pasado. El disco salió en octubre y, básicamente, dejó la escoba. Tanto críticos como fanáticos demostraron verse profundamente conmovidos por el trabajo. No solo se trataba de un giro musical, donde le sumaban todo el peso y la densidad más propia del Indie Rock a su base tradicional de Neo-Psicodelia, sino que además se hundieron aún más en ese foso emocional que ya había dejado letras tan profundamente desoladoras en los discos previos.

Coincidió con que la banda tenía una serie de presentaciones preparadas para eventos de amplio alcance. Habían múltiples fechas programadas para el multitudinario (y costoso) festival Primavera Sound, como también una participación en la Feria Pulsar, todas fechas a las que le seguirían giras por México y Perú. Aún cuando los números ponían a mucha gente viendo a la banda en vivo, seguían siendo eventos menos asequibles, sin considerar que, en el caso de los festivales, el tiempo que tenían para tocar se veía seriamente reducido.

Pasa que seguían cultivando una entusiasta audiencia que no se había podido permitir verlos en vivo. Faltaba un evento climático que coronara el proceso del ‘Suave Pendiente’. Ojo, no es como que el disco lo necesitara para defenderse, se trata netamente de un rito cada vez más instalado.

Si existe una “necesidad” de escribir un texto más extenso solo para llegar a introducir lo que fue la jornada de ayer, es porque esta no solo se trató de un punto culmine en el ciclo del último álbum, sino que también se trató de un punto culmine para la carrera de la banda y, lo que sea quizás más valioso e histórico, un punto culmine para una escena y una cultura entre bandas que incita a llegar a las más grandes metas trabajando a pulso.

Nueve años no pasan en vano.

De hecho, incluso el que los Niños Del Cerro sean tan importantes a día de hoy habla particularmente bien de su trabajo. Si Santiago fuese la Tierra Media (Tolkien), los Niños Del Cerro serían los Elfos, serían los que estaban ahí desde antes. Hoy parecen muy emparentables con el resto de la sandía calada del rock chileno contemporáneo compuesta además por Cuales I Quines, Chini.png, Columpios Al Suelo o Dolorio & Los Tunantes (Post-Punk, pero se entiende). Pero alguna vez fueron parte de otra élite, cuando compartían el podio con Tus Amigos Nuevos y esas otras dos bandas hoy innombrables.

Bueno, la Blondie.

Algo así como diez minutos antes de las 20:00 horas, los Niños Del Cerro salían al escenario de la icónica discoteca de Santiago Centro. La promesa era la interpretación del ‘Suave Pendiente‘ en su integridad.

La primera mitad del concierto fue eso. Las quince canciones del último disco en interpretaciones precisas. La banda optó por no decorarlas demasiado en pos de respetar la defensa que significan los arreglos originales de esas canciones. Y salió perfecto, igual hablamos de una banda que consta de dos guitarras y un teclado; material para armar una atmósfera tenian. Incluso, lo minimalista de la escenografía igual destacaba por lo prudente y delicada que era, con la portada del disco atrás, todos vestidos de negro y una que otra salida de luces según lo ameritara la parte musical o lírica de la canción en cuestión.

Pasó el disco en esas versiones literales. Siempre con amplio entusiasmo en el público, se veía que era un disco gustosamante repasado. Termina el disco. Una pausa y luego se vino una amplia selección de clásicos. Once en total y nadie en la Blondie decantaba. De hecho, la sola naturaleza más activa de esas canciones (sumadas a sus años instalándose como clásicos) generaban una reacción aún más visceral.

La segunda mitad comenzó con ‘La Pajarería’ y le siguió una metralleta de clásicos, donde cada uno parecía más instalado que el anterior. Algunos de los clasicones como ‘Durmiendo en el parque’, ‘Contigo’, ‘Sísifo’ o la misma ‘Lance’ dejaron todo lo que se llama la crema. Eran sus buenos cientos de personas saltando, cantando y festejando juntas. De nuevo, nueve años no pasan en vano.

Una que otra salida en falso, mosh instalados y llegamos al final: ‘Nonato Coo‘ fue la canción número veintisiete y la última. Dos horas y fracción de una jornada que quedará inscrita en la historia para siempre, por ellos y por todo lo que los rodea. Aún existiendo tantas bandas grandiosas que los rodean, se ganaron totalmente su puesto. Y quizás lo más emocionante de la situación es que muy seguramente se repita. Nada indica que estén en la recta final.

Lo que si, no tocaron ‘Las Palmeras’. Hay memes que se deben dejar como están.


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