Escrito por Felipe León
Fotos por Miguel Fuentes
Sin dudas, The Metal Fest es el festival por excelencia en Chile, relacionado a los mundos más extremos, veloces, oscuros, pesados y épicos que definen este paradigma musical conocido como metal. Una historia de casi 50 años que se ha diversificado de tal manera, que a día de hoy contamos con vertientes como el heavy, thrash, death, doom, industrial, progressive, folk, entre muchas otras. Por lo mismo el valor de este evento cobra mayor relevancia al resaltar lo diverso que puede llegar a ser, congregando en sus pasadas ediciones a proyectos como Kreator, Blind Guardian, Morbid Angel, Carcass, Devin Townsend Project, At the Gates, Anthrax, Annihilator, Voivod, Kuyss Lives, Symphony X, Sodom, Twisted Sister, Testament, Volbeat, Exodus, y muchos más, logrando atractivos carteles que demostraron en esa época que las distintas familias del metal pueden perfectamente convivir.
A varios años de esos gloriosas versiones, The Metal Fest vuelve a surgir con una alineación potente, con los regresos de Kreator, Testament y Dark Angel al festival, y la adición de grandes exponentes como Accept, Stratovarius, Napalm Death, Benediction y Finntroll. Junto a las bandas chilenas Undercroft, Torturer, Devil Presley, Cabrio, Recrucide, Vilú y Enigma, darán vida a esta nueva versión 2023, que el día viernes 21 de abril contó con un show de lujo como previa, montando un encendido espectáculo en el Teatro Cariola de la mano con UDO, Tim Ripper Owens y Cuervo.
Mientras la gente poco a poco comenzaba a llegar al recinto, posterior a una jornada laboral, estudio o quehacer diario, la banda chilena Cuervo salía a escena, demostrando que sus casi 30 años de carrera no pasan en vano. Al contrario, el proyecto proveniente de Temuco entregó todos los elementos para sorprender en todo momento, con una intensa mezcla de heavy y speed metal que sacudió al público presente desde el comienzo. Esto debido en parte al carácter frontal de su música, desplegado desde un tono épico y evocativo, para posteriormente ser proyectado por cada uno de los músicos. Encabezados de alguna manera por su vocalista, audaz e intrépido, con un carisma que más allá de resaltar, convoca a la acción, a ser parte de su propuesta en vivo. A cantar y disfrutar canciones como “Lluvias de sangre” o la reciente “Letargo”. Un show de categoría.
El show de Cuervo dejó los ánimos encendidos en el Teatro Cariola, los que de cierta manera se mantuvieron arriba hasta la rápida aparición de Tim Ripper Owens, recordado por ser vocalista de Judas Priest por varios años entre los 90s y 2000s, tras la ausencia de Rob Halford. Pero mucho más que eso, demostrando ser un cantante con una voz notoria que sabe conectar con la audiencia. Porque no es fácil pararse sobre el escenario para interpretar estos clásicos del heavy metal, y dejarlos así de bien parados.
Tal como lo hizo Tim Ripper Owens en este nuevo paso por Chile, valiéndose de una presencia vocal que repletó cada rincón del Teatro Cariola. Acompañado por 4 músicos que se acoplaron de gran manera desde la interpretación, al sonido pesado ofrecido por el artista, pasando por himnos como “Metal Gods” que abriría el show, a algunas de las composiciones más recordadas de Judas Priest como “Painkiller” o “Electric Eye”, así como el guiño propio con “The Ripper” a todo lo que representa él en el mundo del metal. Junto a estas sonaron fuerte “Burn in Hell” y “One on One”, joyas de esa época como vocalista de la banda inglesa, que fueron bastante bien recibidas por la audiencia.
En este punto de la noche se da uno de los momentos más curiosos, cuando Tim Ripper Owens comienza a hacer guiños a UDO, dejando el escenario, no sin antes hacer que el público pida al vocalista de la época dorada de Accept, mientras que los músicos se mantuvieron en el lugar, sin abandonar sus posiciones. Así, para sorpresa de mucha gente, hace su ingreso triunfal el gigantesco Udo Dirkschneider, entonando esa recordada apertura del tercer disco Breaker (1981) del grupo alemán titulada “Starlight”, generando la locura instantánea del recinto.
Devoción absoluta por una de las voces claves del heavy metal. Una escuela por sí misma, que pese a contar con una larga trayectoria de trabajos solistas, decidió entregarse por completo a los clásicos que dieron forma y vida al proyecto alemán Accept. Revisitando obras como Metal Heart (1985), gracias a temas como “Midnight Mover”, “Living for Tonite”, o la que da nombre al disco, así como del Restless and Wild (1982) la icónica “Princess of the Dawn”. Composición llevada al directo de manera épica, al igual que ese “Fast as a Shark” que alborotó el ambiente, donde se pudo constatar ese lado más frenético del artista.
“UDO, UDO, UDO” repetía el público ante la corta ausencia del vocalista, que vuelve a la carga para entregar dos últimos bombazos como lo son “Metal Heart” y “Balls To The Wall”. Dos apuestas que fueron recibidas, como era de esperar, con un abrazo tremendo por parte de la audiencia, cantando, alzando el puño, o simplemente siendo parte del mosh, al ritmo de estos monumentos al heavy metal que son estas canciones. Para finalmente cerrar con unas últimas canciones en compañía de Tim Ripper Owens, que se une a UDO para corear a todo pulmón otros dos pedazos de historia como “Breaking the Law”, y por supuesto, “Living After Midnight”. Cierre estelar al son de estos temas de Judas Priest, con ambos artistas complementándose de forma mutua, en esta previa a The Metal Fest que promete muchas más sorpresas este domingo 23 de abril en el Movistar Arena.