Escrito por Jorge Mesa Tobar
Fotos por Tania Morello
En la tarde otoñal del pasado 21 de abril, dentro de los subterráneos de la facultad de artes de la Universidad de Chile, se vivió una maravillosa jornada gracias a la primera vez en que dos grandes grupos se unen para tocar: Planetario y El Cómodo Silencio de los que hablan poco.
Alrededor de las 18:30 horas el Espacio Elefante abría sus puertas para recibir a los asistentes de estos encantadores y envolventes conciertos, donde cada persona era registrado con un pequeño timbre, que decretaba su participación en una tarde y noche inolvidable. El recinto lleno, con grupos de amigos, parejas y otros, esperaba pacientemente el inicio de la tocata.
Cuando el reloj marcaba las 19:30 horas los integrantes de Planetario bajaron por las escaleras al escenario, afinando sus instrumentos y resolviendo los últimos detalles, para finalmente dar inicio a la jornada musical. El público, entrando en confianza pasando el primer tema, se levanta por completo a disfrutar de la música del conjunto. Así, la partida de Planetario con temas como “Adolescencia” y “Lo intento” aumentaban la euforia de la audiencia, que en varias partes de las canciones acompañaron cantando los coros o bailando al ritmo de la instrumental.
Avanzado el concierto de Planetario, Pedro (guitarra, voz) tuvo un percance con su guitarra, de la cual se había cortado una cuerda luego de haber terminado una canción. Es así que, entremedio de la espera por un reemplazo del instrumento, el cantante y guitarrista nos preguntaba cómo la estábamos pasando y nos contaba algunos chistes para armonizar el momento. Pasado el caso, donde se demostró el respeto del público, todos seguíamos disfrutando de las emotivas canciones de Planetario.
Un gran gesto de la banda fue hecho para los oyentes más antiguos, donde el conjunto volvió a tocar algunos temas lanzados desde sus inicios, como fue “Tal vez”. También tuvimos al bajista rapeando con “Si se acaba el mundo”. Un público cantando a todo pulmón uno de los hits de la agrupación, “Mapas”. Finalmente, el setlist de Planetario finalizó con su liberadora canción “Caramelo”.
Luego de un mar de aplausos y ovaciones la banda Planetario abandona el escenario para que El Cómodo Silencio de los que hablan poco instale sus instrumentos. A las 20:45 E.c.s.d.l.q.h.p. comienza su show con grandes canciones tanto de su último EP Volver a empezar, y temas de álbum “Run Run” y “Amanda”. El público pudo sentir una variedad de emociones al pasar de cada tema, donde con gran fuerza y ánimo cantaban “Tiempos Bajo el Sol”, como también sentían el amor con “Zapatillas”, o momentos más introspectivos cómo en el inicio instrumental de “Despedida”.
Energético y con buen humor, Vladimir Mella (Mono Azul) interactuaba con la audiencia y presenta a la banda después que terminan algunas canciones: “Hola, somos El Cómodo Silencio…”. El público reía, saltaba y gritaba los temas más conocidos de la banda. Cabe decir que es el primer concierto donde Matías Grasset toca como integrante oficial del conjunto, luego de la salida de Yaney.
Con gran emoción la banda tocó algunos temas del próximo disco, donde fue interesante observar las positivas primeras impresiones de la audiencia. Un tema dedicado a un gran amigo de Mono Azul, y para dar la conclusión a la jornada Franco Perucca (guitarra y voz) lanzó su guitarra al suelo para saltar al público mientras cantaba la última canción.
Concluyendo con esta reseña, esta mezcla de bandas marcó un hito en las carreras de cada una, donde cada persona que fue parte del público se llevó un grato recuerdo en un ambiente con gran respeto al artista y a la audiencia. Podríamos decir que fue un lugar íntimo, considerando lo acogedor y “escondido” del Espacio Elefante, ubicado bajo la superficie del suelo. Junto a ello, un equipo de productoras (Espacio elefante, Twins y Elma furgoneta) preocupadas de la seguridad, las fallas en el sonido, y de que los asistentes hayan disfrutado de una gran e imborrable jornada. Sin duda las bandas nos brindaron performances de calidad, lo cual hace necesario que se vuelva a repetir.
El cómodo silencio de los que hablan poco
Planetario