Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Francisco Aguilar A.
La noche del 20 de abril en Club Chocolate sería una de las más esperadas por cientos y cientos de metalheads, y es que acontecería un suceso que llevaba décadas de deuda: el debut de Cynic en Chile. Sin duda un acontecimiento en todo el sentido de la palabra, y es que el legado que ha tenido la agrupación en el death metal técnico y el metal progresivo es muchísimo más que notable. Además, sería una jornada totalmente estelar ya que estarían acompañados por ni más ni menos que Beyond Creation, quienes ya visitaron nuestro país hace 4 años, y dejaron una marca totalmente imborrable. Imperdible es poco decir.
La jornada empezó con todo el poderío de los chilenos Stigmatized, quienes darían una muestra totalmente vívida de lo que es el death metal técnico por estos lados, en donde la influencia de Death es palpable, y es que, los nacionales dieron una presentación que encarna el concepto de alto impacto. Y eso es algo que descansa en su propuesta, que aún al filo de lo brutal que puede ser el aspecto más abrasivo de su sonido, es el aspecto técnico, y, por sobre todas las cosas, interpretativo, lo que llamó tanto la atención a los espectadores casuales –y una maravilla absoluta para sus fans acérrimos–. Canciones como «Tormento Solar», «Ancestros», el clásico «Spectra» o «Fusión Elemental» impusieron una marca difícil de olvidar, en donde, sin lugar a dudas, el bajo se robó la película gracias a su alma libre que se deslizaba entre las influencias del jazz añadiendo una cuota de groove, y matices exquisitos a lo obrado por el resto de la agrupación. Definitivamente la banda cosechó cientos de fans la noche de ayer.
Con quince minutos de anticipación a lo estipulado en los horarios oficiales, aparece en escena la agrupación canadiense Beyond Creation, quienes ya se hacían ver previamente al set ya que ellos mismos probaron sonido de sus instrumentos, manifestándose cercanos con su audiencia. Así, su show comienza con un breve repaso por el tremendo ‘Earthborn Evolution’ (2014), de la mano de «Fundamental Process» que, si bien presentó un problema técnico al no sonar la guitarra de Kevin Chartré, fue solucionado rápidamente, para así dar paso a una presentación totalmente avasalladora. La voz de Simon Girard se posaba imponente entre este despliegue que, entre el virtuosismo y lo brutal, hacía un hincapié en los ambientes expresados, significados por un sonido marciano hipnótico ante el paso de los blast beats. Así, tras el track homónimo que da nombre a tamaño disco, Girard comparte unas palabras con su público en un español casi fluido que tras un exclamado «vamos conchetumare», entra «In Adversity», despertando el aspecto más bestial de la audiencia que, si bien tímida hasta el momento, ahora se desarmó ante moshpits que jamás cesaron.
Lo de Beyond Creation destacó principalmente por la personalidad amigable de sus músicos, quienes, encabezados por Simon, se manifestaban de lo más cercanos con sus fans. Y ese fue un componente bastante importante en su presentación, puesto que con el aura más progresiva y sutil de «Ethereal Kingdom» y «Algorythm» se terminaba por sellar el vínculo entre ambos lados del recinto. De esta forma, el fin del set no sería más que un destello incesante de dos hits que atraparon a todos bajos sus fauces: «Coexistence» y «Omnipresent Perception», ambos temas de su primer trabajo «The Aura» (2011), clásicos musculares que hicieron hervir el Club Chocolate con fans en éxtasis al ritmo de saltos incesantes, un circle pit aleonado por la petición de Simon, y el flujo natural de emociones que llegaba a su epítome en lo que fue un set que, si bien duró unos cortos 45 minutos, dejó a todo el mundo con una sonrisa dibujada en sus rostros de forma imborrable.
Nuevamente, con varios minutos antes al horario estipulado, un oscurecido Club Chocolate comenzaba a hundirse en una atmósfera marciana que, ante las siluetas de 5 músicos posándose sobre el escenario, comenzaría un set esperadísimo: El clásico «Focus» de forma íntegra. Con una impronta solemne, atrapada en los mundos sonoros propuestos por una de las grandes joyas del death metal técnico y progresivo, Paul Masvidal y sus secuaces iniciarían su set «Veil of Maya», un clásico absoluto que desató a una audiencia contrastada en aquellos hipnotizados por las progresiones desplegadas, y otros poseídos por el aspecto visceral de tamaño hit. De esta forma, la contienda se mantiene fluida, sin mayores intercambios entre el público y los músicos en el escenario, y es que el contraste entre los growls de Matt Phelps y la voz filtrada y marciana de Masvidal sentarían matices únicos que canciones como «Celestial Voyage», «Sentiment» y «Uroboric Forms» mostrarían. De esta forma, tras el ápice instrumental de «Textures», llegaría el primer intercambio del líder de la banda, presentando «How Could I», track de cierre de uno de los discos más importantes del género.
Un panorama ensombrecido y respetuoso, con olor a incienso, muestra un tributo silencioso ante los difuntos Sean Malone y Sean Reinert, históricos miembros de la banda que perdieron la vida en 2020, y que su legado está marcado a fuego en Cynic y la escena. Una audiencia conmovida levantaba una emotiva ovación, para que, acto seguido, Paul diera una muestra en solitud de «Integral», dando lugar a un homenaje precioso que puso los pelos de punta a cada asistente. Así, ya con toda la banda en escena, hace presencia el resto de la discografía con la clásica «Kindly Bent to Free Us», mostrando su faceta melódico y prog en todo su fulgor, en toda su ley.
Así, el resto del set estaría marcado por el aspecto más volátil de su sonido, en el que canciones como «Evolutionary Sleeper» desatarían el caos total, ante una audiencia que, acorde a las atmósferas desplegadas, se mantenía, por lo general, atenta –y atrapada– en los encantos de la banda. Además, se estableció la oportunidad de disfrutar de hits de «Ascension Codes» (2021), su trabajo más reciente que mostró a la banda en su faceta más sensible, y con las palabras más cercanas que podría haber brindado Masvidal, al dar cuenta del nexo con nuestro país por su madre, agradeciendo a su fanaticada. De esta forma, el show llegó a su fin con «In a Multiverse Where Atoms Sing», de su último álbum, casi como una metáfora de que el nuevo capítulo de la banda recién comenzaba. Un show totalmente inolvidable.
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