Escrito por Felipe León
Fotos por Alejandra Besoain
Cada instancia que genera Feria Rara termina siendo algo especial. Independiente del espacio, o la cantidad enorme de maravillosos puestos que dan vida a sus paisajes, toda oportunidad resulta esencial a la hora de dar visibilidad a las artes y oficios que forman parte de esta iniciativa. Por lo mismo, un evento como Feria Rara Fest, que fácilmente puede ser el más significativo del año para la organización, representa un hito importante para dar cabida a todas estas propuestas, y más importante aún, vivir al máximo sus ideales plantados desde la diversidad.
Este último punto es crucial debido al colorido retrato artístico que nutren sus instalaciones, siendo el pasado fin de semana 8 y 9 de abril en la Estación Mapocho, una muestra fehaciente de aquello. Desde ropa a accesorios, pinturas, bordados, libros, comida, o lanzamientos musicales en formato físico, el panorama relucía en medio de esta gigante estación ferroviaria del pasado. Y como es tradición, la música en vivo de corte independiente, repartida entre ambos días no fue la excepción.
Día 1
Junto a las campanas que anuncian el medio día, la Estación Mapocho abría sus puertas para recibir desde temprano a las personas que curiosas, recorrían cada rincón del lugar. Mientras tanto en el escenario principal, ubicado hacia el fondo, se ajustaban los últimos detalles para recibir toda una oleada de destacadxs exponentes del pop y lo sintético.
De esta manera, a eso de las 14 horas aprox, iniciaba con todo la banda proveniente del Bío Bío, Abducción, trayendo consigo una agitada convicción post-punk, donde la performance en vivo resulta parte esencial del asunto. Pero no se confundan, porque las canciones en sí son material suficiente a la hora de entablar este lenguaje movido, oscuro y frenético que presenta el proyecto, con canciones como “Niña problema”, o la reciente “Fanis” a la cabeza. Sin embargo, la vibrante puesta en escena da indicios del partido que le sacan a sus presentaciones, siendo de esos grupos que independiente conozcas o no, terminan sorprendiendo. Y vaya que lo hicieron.
Tras esta locura performática, pasamos a una presentación mucho menos oscura pero igual de movida y carismática. Porque era el turno de Koe, y su fanaticada lo hacía sentir, generando un ir y venir de cantos y emociones que conectaron con una audiencia hambrienta por entonar canciones como “Venus”, la más reciente “Tus margaritas”, o la colorida “SEMPITERNO”. Es que su genuina interacción con el pop, siempre abierta a la exploración rítmica y vocal, da cuenta de una versatilidad loable en sus pretensiones artísticas, sin dejar de lado ese toque más accesible que hace de su música, una verdadera caja de pandora. Otro gran hito de la primera jornada.
Si hablamos de propuestas curiosas con sus búsquedas, se hace imposible pasar por alto el nombre de Winters of Blue (Wobsito), proyecto liderado por Camila Valenzuela que bien le hace justicia al panorama más onírico que pueda entregar la música. Su atrapante creación de ambientes, cristalizada por un trabajo vocal que aporta a sumergir los sentidos en un verdadero trance de sueños y pesadillas, abre todo tipo de evocadores portales que pese a su aura fantasiosa, conectan fuerte con el sentir humano, dando cuenta de aquello en una etérea y melancólica presentación. Canciones como “Losing my mind”, “REM” son solo parte de este misterioso universo que invitamos a conocer más en profundidad.
Luego de un descanso vino el turno de Barbacius, aprovechando la oportunidad para dar inicio a una gira que lo llevará a recorrer algunos lugares de Chile y México. Y como no podía ser de otra manera, fiel a su estilo, el artista brindó sobre todo, un entretenido show, que invitaba a bailar, a moverse, a cantar; pero también a reflexionar. Porque canciones como la que titula su EP Príncipe, la más combativa “Rebelión”, o el hitazo “Error 404”, representan todo un culto a su forma de ver el pop, libre de prejuicios, atrayendo al público con pegadizos estribillos, y una personalidad que aprovechó al máximo sobre el escenario, con pasos un tanto acrobáticos que terminaron por encantar a sus fans; y a los no tanto. Misión más que cumplida.
Por último, una de las sorpresas que coronó la jornada del sábado fue la presentación de Mike Milfort, que en su debut sobre el escenario (mismo día de su cumpleaños), entregó dosis tras dosis de baile, carisma, y canciones que a la primera escucha, terminan por quedarse grabadas en la memoria. Junto a la danza de Leiny y Juan, el artista se apoderó del recinto, entonando hitazos instantáneos como “Que todo rebote”, su reciente sencillo “Todo el día”, o el michicore de “Con mis gatos”, los que más allá de hacer vibrar a la audiencia, dieron cuenta de lo bien que le queda la música, ya que sin abandonar los planteamientos más convencionales del reggaetón y el pop, termina de igual modo destacando. O sea, tiene que seguir no más por este camino.
Día 2
Un día muy distinto en lo musical, pero igual de memorable que la primera jornada, es lo que se vivió el domingo 9 de abril en la Estación Mapocho. Porque los sonidos más guitarreros fueron los protagonistas de una velada que tuvo de todo: desde consolidaciones hasta grandes reencuentros.
Partiendo por esa muestra constitutiva de los nuevos aires que respira el indie pop/rock local, encarnado en un proyecto como Algunos Amistosos que se encargaría de iniciar con todo la jornada. Provenientes de Unísono Records, la banda congregó elementos que capturan la esencia más viva y fresca de estos sonidos, haciendo de la soltura uno de los puntos distintivos a la hora de retratar sus emocionales cantos. A su vez, esa apertura a lo más crudo, o incluso a la creación de atmósferas, termina por aprovechar mejor las intenciones artísticas de la banda, concretando así una destacada apuesta en vivo donde sus integrantes lo dieron todo. Póngale oreja a su disco Claudicar, estrenado el año pasado.
Sin dudas una de las presentaciones más cautivantes del día domingo (y todo el festival), fue la de Estoy Bien, proyecto que poco a poco se ha ido haciendo un nombre, gracias a la emocional e introspectiva agitación sonora del costado más emo del post-hardcore. Porque la desgarradora interpretación traspasa el sentir más crudo de su sonido, evidenciando aquello en canciones como “Ya no hay nada que hacer”, o la propia “Estoy Bien”. Al igual que en temas más recientes, mucho más cambiantes y pesados, que sin dejar de lado su esencia, hacen avanzar de forma provechosa la propuesta del trío. Harta agitación canalizada en el sentir incendiario de su música. Se viene potente el disco.
Pese al delicado estado de salud de Daniel, Mitimitis pudo hacerle frente a los obstáculos, haciendo acto de presencia con una propuesta que en su constante búsqueda, ha sabido ir refrescando los planteamientos del grupo. Es así como Manuela y el ya mencionado Daniel, junto a Charlie y Tomás, realizaron un viaje de encantadoras proporciones, mostrando clásicos lofi del grupo como “Bikini Kill”, “Autocinema”, o la más reciente -media baggy- “Ultravioleta”. Tres etapas marcadas que sin embargo, fluyeron de manera atractiva y coherente durante la presentación, generando un ambiente colorido, distorsionado, y melancólico que hizo aún más mágica la Feria Rara Fest.
Pero el festival guardaba aún más sorpresas, como la escalonada garagera, anárquica, e irreverente de Confío en tus amigos, que se sintió como una descarga de adrenalina y mucho rock. Un frenesí de gente saltando y chocando entre sí, en medio de las revueltas sonoras que con una personalidad desbordante por parte del grupo, generaron sin dudas el show más ruidoso de todo el evento. Trayendo consigo canciones como “Huevo” o la tremenda “Con el poder del Kung-fu” (entre muchas otras), dejando a la audiencia bastante cansada y sudada, pero sobre todo agradecida por esta locura en vivo que es la banda. Ojo que fue la última presentación en harto tiempo, porque se viene disco bajo el Sello Fisura. ¡Aguante!
Con la tarde del domingo entregando unos últimos rayos de luz solar, Las Olas (noispop) hizo su aparición sobre el escenario, atrayendo una cantidad considerable de personas que mantienen un lazo estrecho con el proyecto, así como almas curiosas que algo conocen de su culto. Así, la banda transportó la escucha por terrenos altamente ruidosos pero accesibles, cultivando una expresividad gritada, saltarina y por qué no, política, desde una mirada lúdica que canaliza su sentir, de forma enérgica e infinitamente evocadora. Canciones como “Templo”, “Un gato”, “Desobedecer”, o “Para no irme lejos” fueron parte de este memorable viaje con ecos al pasado, pero con una urgencia por el presente que mantiene viva a Las Olas.
Ya para cerrar la maravillosa jornada de domingo en Feria Rara Fest, vino el turno de Protistas, una de los actos locales más importantes del panorama indie de la pasada década, y que hace un rato ya que no tocaba en vivo. Por lo mismo, la expectación era alta, y el resultado terminó siendo más que satisfactorio. Esto por la buena vibra que se respiraba en el lugar, con los músicos entregados de lleno a la música, a rememorar, a generar esos instantes de genuina interacción con el público, respondiendo éste de gran manera. Precisamente esa conexión terminó siendo uno de los puntos altos del concierto, con canciones como “Hilo curado”, o la ya clásica “En mis genes”, dejando las emociones por los cielos. Broche de oro para finalizar de la mejor manera lo que fue la Feria Rara Fest.