Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Andie Borie
El caso de Pierce The Veil tiene una connotación peculiar a la hora de analizar su actualidad, puesto que, y por decirlo en breve, su carrera tuvo un parón inevitable ante la salida de Mike Fuentes por acusos de abuso sexual y delitos sexuales. En este punto, el ascenso sostenido que proyectaba la agrupación –que, al menos en nuestro país era visible de tocar en Club Blondie el 2013 a tocar en el Teatro Caupolicán el 2016– tomó una pausa, y probablemente la pandemia haya profundizado aún más los efectos de ese hiato. No obstante, la promesa de un nuevo disco estaba en el horizonte hace bastantes años, por lo que el legado emo de Vic Fuentes, Jaime Preciado y Tony Perry permanecía allí, a la espera de volver a brillar una vez más.
Es por eso que, con la reciente salida de «The Jaws of Life» en febrero y el anuncio previo del tour por nuestro país –y el mundo– que las alarmas se prendieron, y que, tanto la generación que los vio crecer a inicios de los 10’s así como la que esperaba a tener edad suficiente para poder ir a uno de sus shows, recurrieron al maquillaje negro, las muñequeras, y el pelo alisado una vez más. Y es que este pacto que existe entre la banda y sus fans es clave, fruto de la conexión emocional sin obstáculos que ofrecen sus canciones y que entregan voz a los anhelos, ansiedades y tristezas de cada quien que las escucha, y que, como veremos en esta reseña, tomó una nueva forma.
A las 19:30, aparece Killa Reviver, agrupación nacional de metal alternativo y metalcore que ganaron la votación propiciada por la productora para decidir quien sería la banda invitada al show de Pierce The Veil. Un método que, como mínimo, asegura expectativas acompañado de aires de apoyo de los centenares de personas que votaron. De esta forma, y con «Empire» como canción de apertura, la agrupación daba inicio a su presentación.
Sin embargo, cabe precisar que su show adoleció de problemas de sonido que realmente nunca lograron estabilizarse ni arreglarse del todo. Lo que, en cierta medida, coartó un poco el tremendo potencial de su presentación. No obstante, y a pesar de que, en palabras de Tim, estaban tanto emocionados como ansiosos –al ser su tercera presentación en vivo–, no dejaron que estas dificultades técnicas mermaran su actitud en el escenario, y el público también disfrutó cada una de sus canciones. En especial el sector derecho de la cancha, que se desvivían en moshpits, coreos y ovaciones a quienes estaban sobre el escenario del Teatro Teletón, tal y como pudo verse en la locura que desató «Inevitable». En otras palabras, el saldo terminó siendo positivo, y esto sí es una verdad absoluta: cada asistente reconoció el explosivo potencial en bruto de Killa Reviver.
Con «El Rey» de Vicente Fernández anunciando en los speakers el inminente arribo de los californianos al escenario, las ovaciones de cientos y cientos de jóvenes subieron súbitamente de decibeles cuando las luces se fueron a negro y las siluetas de cuatro músicos tomaron sus puestos, por lo que, no era sino un mandato natural y tácito que la locura estallase con «Death of an Executioner» –el track de apertura de su último y reciente disco–. El recibimiento que tuvo este nuevo tema no era tibio ni tímido, sino de total euforia –cosa de la que no cualquier banda podría jactarse–, lo que ya daba muestra de la renovación del contrato de fidelidad y lealtad entre la banda y su audiencia chilena, la cual, para su dicha, recibía a «Caraphernalia» con saltos entusiastas, gritos descontrolados y moshpits instantáneos. Con tamaño clásico, se hizo notar la envergadura del legado de Vic, Tony y Jaime –quien por cierto, se tiraba al público apenas veía la oportunidad– , ya que su fanaticada coreaba cada verso con una pasión honestamente desbordante, momentum que «Pass The Nirvana» seguiría con un paso atronador y demoledor que contrastaba con el aura juvenil impregnada en el ambiente.
Con una pausa breve entre canciones que permitía un breve descanso tan necesario al público que daba cara ante el calor condensado del Teatro Teletón –y es que era posible ver a seguridad sacando a fans descompensados en la barricada–, llega uno de los peak del concierto –y de la misma carrera de los oriundos de San Diego–; «Bulls in the Bronx». Su mensaje que valida la individualidad de cientos de outsiders dejó un panorama precioso entre una algarabía extasiada de saltos y cantos incesantes, lágrimas recorriendo mejillas, sonrisas honestas y moshpits agresivos, por lo que el verso «I’ve been having this dream that we can fly» cobró vida en el sentido más bello de la palabra. Acto seguido, Vic Fuentes entrega unas sentidas y emotivas palabras, preguntando al público que si tenían «un contacto de emergencia», que le dieran un fuerte abrazo a esa persona que siempre cuidará de sus espaldas –brindándole uno él mismo a Jaime– y dando paso a un momento precioso con «Emergency Contact», un tema que, a pesar de su corta vida –al ser de «The Jaws of Life»– sonó como un clásico de antaño que levantó el mar de voces de un público que recitaba con voces algo quebradas –y sollozos–, que brilló especialmente en un bis de fábula con el «you’re my angel, you’re my fucking angel, you’re my angel, all mine, mine, mine (…)».
Con la ceremoniosa intro de «Stained Glass Eyes and Colorful Tears», y la encarnación perfecta de la versatilidad de Pierce The Veil, se da paso a un momento único en el show. Con un Vic solitario en el escenario, armado con su guitarra acústica, agradeció a cada asistente y prometió que su regreso no demoraría 7 años –recordando la mítica presentación que tuvieron en 2016 en el Teatro Caupolicán–, entregando el ambiente necesario para que una versión desnuda de «Bulletproof Bullet». Nuevamente, el vínculo de la banda y su público no es broma alguna, y es que, en la medida que Fuentes tocaba los acordes y recitaba «I breathe you in with smoke in the backyard lights«, era cosa de dar vuelta un poco la cabeza para ver fans rompiendo en llanto a causa de la catarsis emotiva de este clásico del «Selfish Machines» (2010). La transmisión de dicho momentum tomó una épica única que estalló en «Disasterology», un verdadero himno que configuró al Teatro Teletón como una propia entidad, desgarrando voces y parando el tiempo.
Con «Circles» llega la primera aparición del «Misadventures» (2016), y sus sonidos más lúdicos y dinámicos ligados más al pop punk y el emo pop, entregaron uno de los coros más coloridos, brindando un matiz tan necesario, en especial por lo que estaba por suceder. Y es que con «Hold On Till May», la agrupación dio una muestra de lo que es interactuar con el público, invitando a la mitad de la canción a alguien del público al escenario, siendo Cris quien tuvo dicha fortuna de tener a Vic cantándole desde cerca «If I were you, I’d put that away (…)», con las manos tomadas y sin romper contacto visual. Un instante que simboliza y ejemplifica de forma fidedigna la relación de la banda y sus leales seguidores. Y como todo contrato, hay dos partes involucradas, y en «A Match Into Water» fue turno del público de brindar la nota agresiva, con moshpits alentados por Jaime, en una impronta visceral y demandante enérgicamente que se sintió como si se tratase de la última canción. ¿Epítome? Sí, pero aún quedaba algo más.
Tras regresar al escenario, y prometiendo dos canciones más, «Dive In» apostaba por ese dramatismo interpretativo que, entre plot twists sonoros que invitaban a vívidas secciones de metalcore, llegaría posteriormente el clásico indiscutido «King for a Day», aquel clásico track y la puerta de entrega al exuberante mundo de Pierce The Veil, entre la agresividad del post-hardcore, el dramatismo del emo pop, y unas vocales agudas de Vic que armonizaban con los gritos llenos de vigor de un público que revivía sus mejores recuerdos de tiempos pasados que estaban lejos de terminar. Básicamente, éxtasis absoluto.
Con músicos agradecidos de su público, palabras previas de que este ha sido el mejor show del tour, uñetas, baquetas y setlists volando en todas las direcciones se dio fin a un show incendiario, repleto un flujo inagotable de energías y emociones, reflejando el nuevo capítulo en la historia de Pierce The Veil quienes vuelven a brillar con fuerza, y la devoción imperecedera de miles de fans seguirán respaldando a los californianos, porque fueron sus canciones las que le dieron voz, sonido y letra a emociones no entendidas por nuestro alrededor. Ojalá no vuelvan a pasar 7 años.
Setlist:
- Death of an Executioner
- Caraphernelia
- Pass The Nirvana
- Bulls in the Bronx
- Emergency Contact
- Stained Glass Eyes and Colorful Tears
- Bulletproof Love
- Disasterology
- Circles
- Hold On Till May
- A Match Into Water
- Dive In
- King for a Day
Revisa la galería de fotos a continuación: