Escrito por Felipe León
Fotos por @garygopohoto
Pese a la lamentable ausencia del guitarrista Dave Navarro, quien aún lucha contra las secuelas del covid 19, el anuncio de que Jane’s Addiction tocaría en esta nueva versión de Lollapalooza Chile, dejó a su fanaticada de roqueros alternativos con altas expectativas. Esto porque siempre es bueno tener a Perry Farrell, Stephen Perkins, Eric Avery y Josh Klinghoffer en casa, brindando su música en el mismo festival que inaugurarían hace más de 30 años: el resultado no pudo ser mejor.
Hay varios puntos claves para entender el exitoso paso de la banda californiana por Chile, partiendo por la adición de John Klinghoffer en guitarras, acoplándose de gran manera a la sensación general que dejó Jane’s Addiction sobre el escenario. Esto al asumir un rol protagónico, donde los riffeos de las guitarras trabajadas por Navarro despiertan un estilo propio en su interpretación que le viene bastante bien, siendo su performance algo a destacar. Por otro lado, la suma de su bajista original Eric Avery, con un dominio más duro y una presencia muscular del bajo, que le da mayor potencia a la presencia escénica trabajada en directo por la banda.
Es así como Jane’s Addiction entregó uno de sus conciertos mejor logrados en las instancias que han formado parte del festival (obviando sideshows), sacudiendo de entrada el ambiente gracias a canciones como “Up the Beach”, “Ocean Size”, ambas del Nothing’s Shocking (1988), que exprimen los aspectos más psicodélicos y veraniegos de su propuesta, aunque de una manera más oscura si se puede decir. A estas, siguieron cortes como “Ain’t No Right”, “Whores” o “Pigs in Zen”, siendo estas dos últimas un verdadero regalo para la fanaticada más hardcore de Farrell y compañía.
Jane’s Addiction realizó un concierto vibrante y algo intimidante en sus sonoridades, aunque con un Perry Farrell bastante comunicativo que conectó de forma relajada con el público, como uno más de la casa. Si hasta buenos comentarios al presidente Boric salieron de su boca, además de mucho amor para este país, dejando para el final una super tirada con lo mejor de la banda, a cargo del clásico “Jane Says”, “Ted (sex is violence)”, la incombustible “Mountain Song”, o la épica “Three Days” que cerraría el evento. Sí, faltaron otros hits de la banda como “Been Caught Stealing” que por tiempo no pudieron tocarla. Pero sinceramente no importó, estuvo perfecto así tal cual.