Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Nicolás Rosales M.
Lo obrado por el trapero argentino YSY A la tarde del domingo 19 de marzo requiere algo más allá de una mera reseña, y es que, para poder entregar una apreciación más profunda de su show hay que ir un poco más allá de las habilidades de la observación.
«YSYSMO», nombre que da título a su última y exitosa placa, y apodo que le fue acuñado por los sucedido en octubre del año pasado en Ciudad de México, en donde el artista se vio obligado a cancelar su presentación tras reclamos de los vecinos a la policía por los temblores causados por los saltos masivos de su fanaticada. Es como un relato mítico de internet, o un titular de algún periódico de los ’80 que busque el sensacionalismo, pero pasó en 2022, con miles de pruebas que dan cuenta del suceso, y desde ahí que «El Hombre Sismo» encarnó en alguno mucho más grande, viviendo su propia leyenda. ¿Nada mal, no?
El peso de tamaño título es respaldado por lo que sucede en cada uno de sus shows, y su presentación en Lollapalooza Chile no fue la excepción. Es que, una fanaticada abarrotada al máximo aún con las altas temperaturas, ansiosos y predispuestos a una entrega visceral, fue el otro ingrediente que terminó de dar forma al «YSYSMO». Álbum que por cierto, dio un gran puñado de canciones que nutrieron el setlist como las gigantescas «COMO CHILLA ELLA» y «A POR TODO», o el corte tango exquisito de «RELOJES REVENTADOS» y «CUÁL?», las que no sólo mostraban la versatilidad a nivel de producción y control creativo que ostenta el YSY, sino que también muestra el éxito burbujeante e instantáneo que ostenta su propuesta, siendo un disco lanzado hace algo más de 4 meses.
El YSY es todo un agitador innato, y ni siquiera es que se dedique a llamar a moshpits o a los saltos de forma constante –apenas lo hace, a decir verdad–, es sólo que su propia presencia se hace notar con una personalidad dominante, ganchera y agradecida con la que es imposible no simpatizar. Después de todo, y tal y como el mencionó en el show, es un artista independiente no vinculado a sellos multinacionales, y el éxito que tiene ha sido obrado a pulso y un genuino cariño por lo que hace, lo que se vio en la sonrisa que mostraba su rostro constantemente.
Pero como el maestro de ceremonias que es, dejó todo al paso de la ruleta, al –aparente– azar que dictaba cuales serían los álbumes que visitaría, como el «HECHO A MANO» con la incendiaria «FULL ICE», además de «DESFILAR MIS PENAS», canción que, por cierto, mostraba un poco del espectro emocional que imbuye en su arte. Así, dando espacio al descanso corporal que, dentro de los pocos instantes en que no hubieron moshpits, sí daba cabida a unas estruendosas voces que coreaban cada verso.
Nuevamente, la personalidad del trapero es dominante, desafiando a los escuchas casuales a cantar sus letras con fuerza, o bien, pidiendo entre risas que la gente tuviera más cuidado con aplastarse entre sí. Él sabe muy bien que sus shows son euforia total, y que los saltos, empujones y moshpits son la constante, ¿y cómo no iba a ser así? Si es prácticamente el cabecilla de la muestra más directa, brutal, honesta y pomposa del trap argentino. Cualquier agradecimiento se queda corto de su público, pero el se da el momento de hacerlo, de expresar su amor por aquellas personas que le siguieron en su camino a convertirse en «El Hombre Sismo», y que de seguro, seguirán observando su recorrido.
«YSYSMO es la definición más humilde de egocentrismo«, dicen por ahí.