Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Nicolás Rosales M.
Alex Anwandter, una de las figuras más grandes y representativas del pop chileno, se adueñó del Costanera Center Stage con un oficio que dejaba entrever los cientos de shows y toda la historia que lleva a sus espaldas: desde lo obrado en los ’00 con Teleradio Donoso, ese hito único que fue Odisea a inicios de la década pasada, y, por supuesto, una fructífera carrera solista que lo ha instalado como uno de los nombres más importantes de la música chilena. Por lo demás, por supuesto que esta visita a Lollapalooza Chile no ha sido la única que ha hecho en el afamado festival, sino que también en aquella icónica presentación que brindó el 2017, con una actitud bastante provocativa en lo sociopolítico como es de acostumbrar con el artista.
Con un atraso de media hora en la programación del domingo 19, Alex sale en escena con toda su banda, en donde era posible ver a otros nombres de la escena chilena como elmalamía en las guitarras, o Rosario Lircay y Celeste Shaw en las segundas voces. Así, y al ritmo upbeat de los teclados de «Amiga», un Anwandter con una actitud bastante amigable y livana traía su pop infeccioso que comandaba el ritmo de las palmas del público. Todo, para que un clásico de antaño como «Casa latina» –de su proyecto Odisea– posara con fuerzas los versos «¿Habrá alguien más que esté despierto?«, materializando un carrete de aquellos como los que se viven en la Blondie, que, si bien a falta de luces oscuras y lasers fluorescentes, eran los rayos del sol bañando los rostros de miles que bailaron incesantemente canciones como «Siempre es viernes en mi corazón». El espíritu de la fiesta en su máxima expresión.
Al menos el Alex Anwandter actual no interactúa –tanto– con su público, pero en esta presentación se le vio totalmente suelto y cómodo, al acercarse a las barricadas para cantar de cerca con sus fans. Uno de esos detalles que se agradecen tanto y hace todo mucho más especial. De esa forma, una canción más lenta como «Tormenta» cobraba toda su intensidad emocional ante un mar de voces totalmente compenetrado en las cadencias del músico, en lo que terminó por ser un momento realmente escalofríante –y precioso, a decir verdad–.
El artista lanzará disco nuevo en mayo, y como ya dije, este show está celebrando su actualidad e iniciando de forma debida su nueva era. Es por eso que el magnetismo de «Maricoteca» y «Qué piensas hacer sin mi amor» traen ese espíritu tradicional y más de club de Anwandter, que bromeaba ante la audiencia diciendo cosas como que «esta canción también es homosexual» y que «para qué le invitaban, si saben como se pone». Un poco de humor sumamente necesario para contrastar con el contundente mensaje político de «Cordillera», una canción que, en palabras del cantante no esperaba estar cantando actualmente, y que al parecer su mensaje sigue siendo necesario. Con esa fortaleza inserta en la lucha que deja entrever un clásico como tal, las palmas al unísono del público y sus voces armonizando con Alex brindaron uno de los momentos favoritos de su set.
Ya cerrando el set, la infecciosa «Locura» del «Latinoamericana» (2018) trae la explosividad festiva nuevamente, para llegar al clima del show con «Cómo puedes vivir contigo mismo», la que mostró a cientos y cientos de fans y escuchas casuales saltando alegremente al ritmo frenético del outro de dicha canción. Un momento que, si bien ya es un clásico dentro de los shows del músico, no deja de poner los pelos de punta. Así, con cortos 45 minutos de show que no se acercaron ni a la mitad de éxitos que tiene el artista, sus fans se fueron, de todas formas, satisfechos. Una magia que tan sólo nuestra estrella del pop chileno puede hacer.