Escrito por Hernán Carrasco
Fotos por @garygophoto
Siete años de espera nos separaban desde la última vez que Kevin Parker y compañía habían pisado suelo chileno, siendo la versión del año 2016 del multitudinario festival donde fue vista por última vez a la agrupación oriunda de Perth.
Pasado el susto desde que Kevin Parker anunció públicamente su fractura de cadera, la confirmación de Tame Impala dentro del terreno nacional fue más que bienvenida por los fans de la psicodelia.
Tras la actuación de The 1975 cercano a las 20:30 horas dado el retraso imprevisto que sufrieron todas las bandas, un Kevin visualmente incapaz de caminar sin muletas sale de la oscuridad junto a la agrupación tras la intro de “Rushium” el “falso medicamento” que marcaría las primeras canciones en ser interpretadas del último disco The Slow Rush (2020), “One More Year” y “Borderline” sonaron con mucha participación del público bien ensimismado en el show. El espectáculo de luces psicodélicas junto con un sonido rozando la perfección, el retumbar de los bajos y los sintetizadores bien distorsionados concretan una intro de ensueño, bailable y lujosa, mientras Kevin intentaba todo por moverse a pesar de sus dificultades.
Siguiendo con una onírica “Nangs” del álbum Currents (2015) logrando una pausa para extasiar al público con una intro guitarrera tremenda de parte de Kevin con “Mind Mischief” del ya clásico Lonerism (2012) donde las voces se demostraron impolutas, lleno de efectos por doquier y una visual psicodélica llena de estupefacientes detrás. Ahora, no todo fue color de rosa para el público de Tame Impala ya que luego de las tres primeras canciones, el streaming se cortó abruptamente por pedido del mismo Kevin, cosa que no pasó desapercibida e incluso molestó a más de alguno.
Independiente de este imprevisto, los australianos fueron de menos a más con la segunda parte del show, a puros hitazos y canciones clásicas del Currents y el Lonerism como “Elephant” con una intro super densa y distorsionada desatando la locura en el público y es que, honestamente, se vio a un Kevin Parker absolutamente motivado con el público chileno, cosa que fue recíproca y muy llenadora.
El show continuó con más canciones del The Slow Rush como “Lost in Yesterday” hasta que llegó quizás el punto más álgido del show: Luego de una pequeña pausa para agradecer a sus fans comienza el sintetizador que desataría la locura total y si, comenzaba a sonar “Let It Happen” en una versión más larga de lo normal, donde el ambiente festivo fue catártico, los papeles volaban y las luces y destellos hacían de las suyas para ambientar un track casi perfecto. Sin vacilar luego nos azotó otro hitazo como “Feels Like We Only Go Backwards” donde el público coreó multitudinariamente para luego devenir en otro hitazo del Currents como “Eventually” donde el espectáculo de lasers fue titánico y es que, la combinación visual con el sonido tan maquillado, lleno de capas, efectos y reverberaciones que hacen una oda de la neo psicodelia y el pop psicodélico, tal cual, nos remite a esa esencia lleno de estupefacientes, abstracta y atractiva a la vez.
Antes del encore, Kevin nos dio un pedacito del Innerspeaker con la guitarrera Runway, Houses, City, Clouds para consagrar la pausa efectiva antes de sus últimos temas. El público aún les pedía más, mientras que las pantallas se apagaban y si, todos pensamos que hasta ahí quedaría el show, pero la multitud coreaba el nombre del frontman para salir nuevamente a la palestra y deleitarnos con sus últimos temas.
Al ritmo del bajo prominente suena “The Less I Know The Better”, probablemente el hitazo más grande de Tame Impala, sonando como nunca para luego cerrar con “New Person, Same Old Mistakes” como lo hacen habitualmente.
El status de una agrupación o proyecto como Tame Impala es cada vez más grande. Y así se nota tras las actuaciones del 2013 y en el mismo Lollapalooza del 2016 y es que, en esta edición, el proyecto se presentaría como headliner y, si bien era un desafío mayor para capturar a un público más heterogéneo, lo hicieron de manera espectacular, tanto en calidad de sonido, visuales y performance del mismo Kevin a pesar de su estado de salud. Tame Impala nos brindó probablemente uno de los mejores shows de la versión 2023 del Lollapalooza, prometiéndonos volver prontamente.