Live Review

Exodus en Chile: Una eufórica lección de violencia

✍️ Felipe León Martínez

📷 Martín Obreque Gallegos

 

La legendaria banda de la Bay Area brindó un demoledor show en un Teatro Caupolicán que recibió con locura un set cargado del mejor thrash metal.

Tras su última visita en 2019, previo a la pandemia, la legendaria banda de thrash metal Exodus se alistaba a dar uno de los conciertos más memorables y salvajes que se hayan podido presenciar este año. Pues, no era menor la expectativa depositada en Gary Holt, Tom Hunting, Steve “Zetro” Souza, Lee Altus y Jack Gibson, ya que los oriundos de la Bay Area de San Francisco finalmente pudieron hacer su debut en uno de los recintos históricos que existe por estos lados: el Teatro Caupolicán.

El recinto de San Diego, cargado como siempre de una mística envidiable, comenzaba a alojar un número no menor de fanáticos que se agolpaban a eso de las 18:30 de la tarde en la cancha del lugar, para ser partícipes del show inaugural a cargo de Cabrio. Los liderados por un viejo conocido de la escena como Andrés Marchant (Necrosis, Kingdom of Hate), mostraron su oficio a la hora de encender los ánimos, haciendo gala del buen manejo que posee el grupo a la hora de pararse sobre un gran escenario. Así, temas de su álbum “Devotion and Hate”, dieron el vamos a la jornada, con un público que respondió de manera participativa a este primer encuentro metalero.

Mismo caso ocurrió con Slavery, uno de los conjuntos más longevos que pueda constatar el thrash por estas tierras, haciendo su arribo a eso de las 7 y cuarto de la tarde, con un set potente que motivó a varios de los asistentes a mover la cabeza, al ritmo de canciones que recorren trabajos de culto como “Collapse” (1997) o “Revenge” (2008). La respuesta al show por parte del público fue variada. Mientras algunos se dedicaban a moverse y saltar, otros disfrutaron atentamente de su sólida propuesta, pues uno de los principales puntos a favor de la banda en esta pasada fue el sonido demoledor que congregaron, digno de cualquier proyecto internacional que pueda pisar estas tierras. Un acierto total.

Y si hablamos de proyectos que representan de la mejor manera la potencia nacida en estas tierras, no podemos dejar pasar a Criminal, liderados por Anton Reisenegger que mantiene en alto el legado de un grupo imprescindible al momento de discutir sobre metal en latinoamérica. Pasada las 20 horas, el cuarteto hizo su aparición sin demasiada parafernalia, directos al grano, con un ametrallador set de canciones que recorrieron no solo sus clásicos como “Self Destruction” o “Collide” de las obras “Victimized” (1994) y “Dead Soul” (1997) respectivamente, sino que también su último álbum “Sacrificio” estrenado el año pasado. 

Esta mezcolanza de viejos estandartes y demoledoras nuevas tonadas, fue bastante bien recibida por una audiencia que respondía con agitación a cada uno de los cortes que iban apareciendo. Su inconfundible sello que limita entre el thrash, death y groove metal, puso en evidencia la vigencia que les ha precedido prácticamente desde sus inicios. Porque a Criminal los puedes ver una o mil veces, y seguirán siendo tan certeros y sorprendentes. Nunca decepcionan.

Estos tres primeros aciertos nacionales, terminaron siendo uno de los grandes atractivos de este “Thrash Old True”. Porque si bien, la gran mayoría de asistentes fue por Exodus, no dudaron ni un segundo en aprovechar las riquezas sonoras que abundan en el panorama local, lo que en definitiva quedó patentado en el buen recibimiento por parte del público hacia nombres como Cabrio, Criminal y Slavery. He aquí la prueba fehaciente de la importancia de contar con números chilenos en cualquier show internacional.

Tras las telúricas implicancias metaleras expuestas por esta triada nacional, se avecinaba el concierto más esperado de la noche, a cargo de unos veteranos de mil batallas como Exodus que pese a contar con un legado glorioso, debían mantener la vara en alto. Cosa que como era de esperarse, ocurrió cuando el grupo hizo su aparición a eso de las 21:30 horas, precedidos por un “We Are The Champions” que anticipó el regreso triunfal de Gary Holt y compañía.

Con la misión de presentar en vivo parte de su nuevo álbum “Persona Non Grata” (2021), el grupo arribó con una sólida muestra de dicha obra llamada “The Beatings Will Continue (Until Morale Improves)”, siguiéndole de cerca una “A Lesson In Violence” que no hizo más que encender la locura primigenia de estos estandartes del thrash. La respuesta fue simultánea, tanto del público como de la banda, en un forcejeo constante de adrenalina y potencia que vio a ambos sectores entregando todo de sí. 

Así, una serie de gigantescos mosh eran gestados en medio de la cancha, al son de brutales proezas como “Blood In Blood Out”, “And Then There Were None”, “Body Harvest” o “The Years of Death and Dying”, congeniando de buena manera el culto a obras como “Bonded by Blood” (1985) con los recientes trabajos del grupo. El recibimiento de cortes antiguos y nuevos alimentaba el caos constante de una audiencia que en medio de gritos y riffs, disfrutaba de cada locura perpetrada por la banda, con su vocalista Steve Souza oficiando con un carisma único, la implicancia de estas canciones que en mayor y menor medida, han acompañado a la escena metalera por años. 

O por meses, no importaba, porque el catálogo del grupo, sea del tiempo que sea, se disfrutó a concho de principio a fin, dando paso incluso a temas como “Deathamphetamine” de los tiempos de Rob Dukes como vocalista. Este viraje dosmilero siguió con “Blacklist”, uno de los destacados de ese gran “Tempo of the Damned” (2004), mosheado a más no poder, al igual que con “Piranha”, insigne himno proveniente de los tiempos más revoltosos de la Bay Area, sacudiendo este caótico encuentro que ya comenzaba a perfilarse como uno de los más memorables que Exodus haya brindado en Chile.

Tras un corto break, Steve Souza, Gary Holt, Tom Hunting, Lee Altus y Jack Gibson retornan al escenario del Teatro Caupolicán para dar otro vistazo a su última placa con “Prescribing Horror”, llegando uno de los momentos de locura máxima con una trilogía de canciones violentas provenientes de su época dorada. “Bonded by Blood”, seguida de cerca por “The Toxic Waltz” (con guiño a “Raining Blood” de Slayer por parte del master Gary Holt), y rematada por “Strike of the Beast”, encendieron la locura a más no poder, generando monumentales mosh que quedarán en la memoria como bestiales postales de una de las mejores tardes de thrash en años.

Y esto no lo digo yo, sino que el mismo Zetro Souza repetía una y otra vez que el público de Chile era el más salvaje de todo el planeta. Afirmación que pese a sonar un tanto cliché, se sintió demasiado real. La sonrisa en la cara de los integrantes de Exodus transmitía una sensación de asombro y satisfacción. Por lo mismo, el que hayan incluido especialmente en el tour su clásico “Metal Command”, dió muestra del cálido afecto que existe entre el grupo y su audiencia, cerrando con una “War Is My Shepherd” que ésta última agradeció como bien sabe hacerlo, a punta de gritos y mosh. Broche de oro perfecto para un concierto que quedará marcado a fuego en la memoria.


Listado de Canciones Exodus

  1. The Beatings Will Continue (Until Morale Improves)
  2. A Lesson in Violence
  3. Blood In, Blood Out
  4. And Then There Were None
  5. Body Harvest
  6. The Years of Death and Dying
  7. Deathamphetamine
  8. Blacklist
  9. Piranha
  10. Prescribing Horror
  11. Bonded by Blood
  12. The Toxic Waltz
  13. Strike of the Beast
  14. Metal Command
  15. War Is My Shepherd

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