Escrito por Juan Pablo “Jota” Ossandón
Fotografía por Martín Obreque
Lo sucedido durante el 3 de Septiembre en el Club RBX, en el marco del ansiado debut de Harakiri for the Sky en nuestro país, responde con firmeza ante las sensibilidades percibidas en las ideas que los austriacos como los chilenos Sol Sistere han infundido en sus propuestas durante sus carreras. Claro, si tuviésemos que buscar algún punto en común, el black metal se elevaría como el paradigma a seguir. No obstante, a diferencia de lo que el género popularizado por el Inner Circle ha hecho, en este caso la lectura es distinta puesto que el blackgaze y el black metal atmosférico tienen su propia marca. Dicho esto, veamos lo que aconteció ayer.
A eso de las 19:20, y el procedente oscurecimiento del recinto, la agrupación nacional de atmospheric black metal Sol Sistere dio el inicio de una gran velada de la mano de “Relentless Ascension”, uno de los grandes temas que componen Unfading Incorporeal Vacuum (2016). De cierta forma, este punto sentó la tónica del resto de la jornada, en el que el lenguaje que comulgaba entre los asistentes y la banda, se mimetizaba con guitarras melódicas, blast beats abrasivos y contrastes exquisitos en las iluminaciones que coloreaban dinámicamente el lugar. Así, el bajo de Pedro Chávez, la batería de Pablo Vera, las guitarras de Ricardo Araya y Carlos Fuentes, y la voz de S. se desprendían en una total y atronadora armonía.
Cabe recordar que el año pasado Sol Sistere lanzó el aclamado álbum homónimo, y en esta ocasión sus canciones fueron las encargadas de inundar el setlist casi por completo. Sí, y es que casi como una carta de presentación o bien, un manifiesto de principios, las melodías ensombrecidas de The Narrow Path, la longevidad de Ashes o el paso abrumador de Nothofagus destacaron por entregar un show entre la austeridad y la magnificencia, y que, por cierto, qué bien sonaban en nuestros oídos. Definitivamente, los sonidistas hicieron un trabajo fenomenal en esa materia, sobre todo para un recinto que es difícil de controlar en ese aspecto. De esta forma, el grand finale llegó con Sol Sistere, el tema homónimo que con su diez minutos de duración reverberó y se plasmó con fuerza con muros de sonidos reflejo de un vasto imaginario. Ahí reside la fortaleza de Sol Sistere, en su capacidad de materializar la infinitud de los conceptos que sus canciones evocan, que definitivamente demostraron en 40 minutos de una presentación con muchísimos matices.
Antes de entrar en lo obrado por Harakiri for the Sky, quisiera destacar la humildad con la Matthias Sollak, Thomas Dornig, Marrok, Mischa Bruemmer y JJ circulaban por el lugar, ya sea compartiendo una cerveza entre ellos, interactuando con sus fanáticos, o bien disfrutando atentamente del show de la banda nacional que les precedía en el horario. No menciono esto meramente por propósitos descriptivos, sino porque dicho espíritu se tornó en la premisa que integró la presentación de los austriacos: una humildad como ninguna.
Sing for the Damage We’ve Done –de Mære (2021)– fue la canción elegida para empezar su presentación, un tema en el que comparten autoría y creatividad con Alcest, y que por sus secciones y transiciones entre lo estridente y lo melódico, muestran de un post-metal vivaz que deslumbró a los asistentes, a pesar de que no tiene ni dos años de vida. En este punto, es importante destacar como la propuesta de Harakiri for the Sky encarna una suerte de metáfora en la que lo humano se decanta por su lado espiritual más que por lo terrenal, entonces en dicho plano, el mundo de las ideas y las emociones, el diálogo queda en un segundo plano. Ahora todo es un flujo de emociones.
La banda hizo un repaso por casi toda su carrera en la que aparecieron canciones como Stillborn y Thanatos, que brillan por su paso contundente y enérgico, incluso para temas de blackgaze. Dicho de otra forma, a pesar de su carácter algo trascendental igual residen en lo directo, motivando a los asistentes a elevar sus puños al son de la batería. También, JJ y Matthias saben de matices, y los distintos momentos de su carrera como cada una de sus canciones en sí proponen una dualidad que vimos fielmente reflejada entre el paralelismo de Burning From Both Ends –del Aokihagara (2014) y la canción más antigua de su repertorio– y Us Against the December Skies –de la placa del año pasado–. Un paso entre la estridencia al filo de lo urgente y ansioso, o bien la introspección inusitada en aires de omnipotencia.
En este punto del show, con un JJ disfrutando de un caño en mano facilitado por algún fanático, Fire, Walk With Me, una de las favoritas del público resuena con una gracia majestuosa y haciendo de lo que sucedía en el RBX algo único. Es que, ¿cómo no iba a serlo? La ética de trabajo de la banda y el compromiso que viene desde el proceso creativo hasta la interpretación en vivo permitían relucir a una banda demostrando porque son uno de los exponentes más importantes del blackgaze actual, ante los ojos y oídos de una masa de fanáticos entregada a sus pasiones. Así, Calling the Rain cierra el set con espectacularidad, pero había más por entregar.
Como si se tratase de un secreto a voces, el público esperaba expectante que sorpresa se traerían los austriacos en el encore, y qué mejor que Song to Say Goodbye, aquel adaptación de la canción original de Placebo en la que, tanto público como banda se permitieron ser fanáticos al mismo tiempo. Si hasta JJ quiso ir más profundo en sus emociones y bajó hacia donde estaba su gente, en uno de los momentos más memorables y que componían un final de fábula en donde el lenguaje común de lo visceral afloró en todo su esplendor. Un recuerdo que añorar y atesorar por siempre, y que cerraba una jornada llena de emociones, de una forma que tan sólo estas formas distintas del black metal pueden lograr.
Setlist de Sol Sistere:
- Relentless Ascension
- Nothofagus
- Ashes
- The Narrow Path
- Sol Sistere
Setlist de Harakiri for the Sky:
- Sing for the Damage We’ve Done
- Stillborn
- Thanatos
- Burning From Both Ends
- Us Against the December Skies
- Fire, Walk With Me
- Calling the Rain
- Song to Say Goodbye (Cover de Placebo)
