«Welcome to Death Row»D
Los noventas iniciaron en el hip-hop con una gestación heredada principalmente de los elementos que harían de este género toda una revolución de maneras con las cuales crear música, representando muchos trabajos aparecidos estos primeros años un pináculo de algún movimiento o sonido en particular. En la costa oeste el rap había tenido sus días más polémicos con el gangsta rap, en especial con el ascenso meteórico de N.W.A. impulsado por su lírica lasciva y explicita, reflejo de las brutales realidades halladas en cada rincón de Compton, aunque la fugacidad de su polémica carrera vería rápidamente el fin de su leyenda y un deseo de notoriedad posterior perpetuado por nombres como Ice Cube, Eazy-E pero trascendentalmente con Dr. Dre y su obra maestra The Chronic.
Los antecedentes de este productor estrella ya le habían valido atención y notoriedad con lo hecho junto a N.W.A., aunque más allá de su banda madre éste le había dado verdaderos terrenos fertiles a nombres como The D.O.C. o Eazy-E en su faceta solista, promoviendo todo un rescate de samples alimentados con el sonido que le vio crecer. El hecho de que un día decidiera abandonarlo todo con tal de fundar su propio sello -junto al polémico Suge Knight– y probarse a sí mismo en una obra solista tan rompedora como lo fue The Chronic (1992), representaría en gran medida el genio creativo de un compositor tan atento a cada detalle, al cual la sola idea de producir un disco le lleva años de trabajo, visión y resolución.
Este álbum se siente como una gran película recogiendo las vibras culturales y generacionales a tal punto que en su sola concepción, gestaría el sonido característico de la costa oeste en el rap de los 90’s. El denominado G-Funk ensamblado a base de un estudio dramático y energético de ambientes callejeros coronado con el sintetizador característico de Andre Young, sumado a un grupo de colaboradores importantísimos en la historia del género como Warren G, Nate Dogg, Kurupt y por supuesto Snoop Doggy Dog, compañero de narraciones durante gran parte del álbum y que se daría a conocer gracias a este y su posterior secuela solista ‘Doggystyle‘.
Las líricas realistas no solo tomarían temáticas callejeras relacionadas con la violencia, las drogas, sexualidad, sueños, muerte y marihuana –The Chronic se llama un tipo de Cannabis-, sino que además mostrarían un relato auténtico, soleado, candente y explicito de la vida Californiana. Así canciones como «Lil’ Ghetto Boy» o «Let Me Ride» reflejarían este postulado con una cinematografía excelsa en su desenlace, mientras que «The Day The Niggaz Took Over» y «Rat-Tat-Tat-Tat» se mostrarían mucho más violentas con una carga racial cruda en detalles e incluso hay espacio para un diss track como «Fuck wit Dre Day (And Everybody’s Celebratin’)» tirándole palos a su ex compañero Eazy-E luego de su poco amistoso quiebre. Existen muchos momentos altos en este álbum conectados cada uno por una narrativa alucinante, llegando a puntos de quiebre en temas como «Lyrical Bangang» o el clásico definitivo «Nuthin’ but a ‘G’ Thang«.
The Chronic marcaría un punto de no retorno en el hip-hop, dándole una notoriedad a la costa oeste frente al monopolio de New York que comenzaría a verse amenazado en su reinado. Dr. Dre sería el encargado de compenetrar décadas musicales afrodescendientes en un disco impreso con un legado de calle tan relevante en su momento y en la actualidad. Si el barrio de CJ en GTA San Andreas tuviera que definirse por una obra definitivamente sería esta.