Un cruce intenso, metafórico y adrenalínico es lo que nos brinda esta simbiosis de facetas productoras de dos mentes maestras, tras la concepción y el comportamiento del Rap con influencia underground que nos ofrece la creativa irrupción de Champion Sound -con beats tan monumentales como tesoros hay en el ático. La dinámica entre los bajos graves del impulsivo J Dilla y las elegantes reminiscencias de Madlib, sirven como puentes colaborativos entre dos maneras distintas de pinchar y samplear, más aún el rol vocal de maestros de ceremonia que ambos cumplen, le brinda una tónica incuestionable de visión y audacia. Cada uno crearía el Beat con el que el otro debía Rapear, con recomendaciones pertinentes entre ambos en ese tratado titulado Jaylib.
Para 2003 se comenzaba a hacer más notoria la presencia del productor añadiendo su voz en determinados momentos, casi como una firma dentro de un cuadro donde la idea de autor musical resuena a ratos tan importante como la del MC detrás. Nombres como Pharrell Williams, Kanye West o El-P lo hacían, por lo que la motivación a la hora de meter en una juguera una cantidad estratosférica de ritmos, samples, melodías y motivos, se hizo un reto de esos que dejan huella. Ambas escuelas colisionan así en un fantástico collage de canciones como «The Red«, «Champion Sound«, «Raw Shit» o «The Heist«, mostrando realidades creativas variadas más no complementarias en una obra como Champion Sound. Similar a las sesiones cercanas al Madvillain, este único Jaylib permanece como un hito silencioso tan relevante como necesario.