INTIMATE STRANGER – HOMEMADE EP
Intimate Stranger siempre ha aportado el toque distinto dentro de la música nacional, siendo su constante reinvención, el eje para que Tessie, Lautaro y compañía convoquen todo tipo de visiones musicales. Su último Ep es sin dudas, un refrescante aire fresco tanto para ellos como para nosotros. La complejidad se alza de formas más bien directas, retribuyendo fuertemente su esencia más Rock o New Wave que aportan las guitarras, a un toque más Pop y formal dentro de los esquemas más convencionales. Por esta via Homemade de tan solo dos canciones, se abre paso hacia un cambio dentro del camino mismo del grupo, y a la vez funciona de homenaje a sus gustos, al pasado, a esos sonidos que siguen aflorando de manera natural, y que vemos acá como se transforman en algo sólido e imperdurable. Faltaron más temas, nos quedamos con ganas de más.
SABRINA CLAUDIO – NO RAIN, NO FLOWERS
La sangre nueva heredera de un Pop ligado casi por inercia al R&B ha alcanzado grandes momentos este 2018 y para seguir expandiéndose, se viste delicadamente para presentarnos un trabajo en el cual, sobresalen de manera natural y fluida, todo tipo de melodías listas para no salir más de tu cabeza. Un poco más quitada de bulla, Sabrina Claudio arremete con un disco debut perceptible en cuanto a ideas y momentos, que sin embargo profesa cierta inexperiencia que hace que no todas las canciones sean lo majestuosa que algunas sí lo son. Un detalle a pulir, nada más, pues en definitiva No Rain, No Flowers florece como una advertencia a un posible gran futuro artístico para la cantante.
MITSKI – BE THE COWBOY
Por días he intentado definir lo que significa Be The Cowboy para la música, para mí, para Mitski. Las cosas parecen un poco complejas cuando nos enfrentamos ante un álbum que intenta quitar cualquier aire de complejidad, y que se lanza de la manera más frontal y directa, por un precipicio de emociones que no duran más de 3 minutos por tema. Un logro en tiempos donde la abundancia parece desgastada y los temas sueltos, adquieren nueva vida. ¿Cómo lograr meter 14 canciones en 32 minutos? Fácil, siendo un Cowboy, desenfundando balazos sin mediar mucho las consecuencias y en este 2018 pocos pueden darse el lujo de arriesgarse tanto, siendo en teoría más básico. Sin embargo no es por ningún motivo un disco fácil, es rápido sí, pero entre lo equilibrado que es, con temas sublimes, épicas incomparables, y lamentos valientes, nos abre su corazón para darnos las estocadas más maravillosas que uno podría recibir.
Lo cinematográfico se siente desde el primer instante, siendo Be The Cowboy y su narrativa, el movimiento con el que Mitski va reflexionando, esculpiendo y exorcizando sus monstruos mejores guardados en el ático, arremetiendo contra la vida moderna, rivalizando cualquier idealización amorosa, pero al final aceptándose a si misma con una riqueza artística que de seguro la llevará de ahora en adelante, por caminos todavía mejores. Pues así como vivió de patiperra gran parte de su vida en diversos países, parece tocarle ahora con discos y canciones. Nosotros felices.
JAKE SHEARS – JAKE SHEARS
Jake Shears está acostumbrado a comerse el mundo, pero últimamente el hombre de Scissor Sisters parece más enfocado en otro tipo de cosas. Así llega este debut solista que se enfrasca en una guerra contra si mismo, apuntando sus dardos a aquellos elementos que tanto nos gustan de su música. Una celebración a los amigos, a lo queer, al baile, a la diversión y al mismo tiempo a la perversidad. Jake Shears comparte con nosotros como hace mucho no lo escuchábamos, más irreverente, como si un segundo aire de juventud le hubiese llegado, y de paso terminase entregando una obra sorprendente.
ANIMAL COLLECTIVE – TANGERINE REEF
Las señales apuntan a que Animal Collective se deshizo de cualquier estigma y predisposición nuevamente y se embarcaron en un viaje por las ideas y los experimentos, en base a una pieza audiovisual que viene a acompañar los ritmos y sonidos que propusieron en Tangerine Reef; Y sin embargo, el resultado es un tanto caótico. El influjo parece poco perceptible, pues al enfrentarnos a este nuevo gigante colosal, nos parece tan grande, incomprensible, extraño, que a ratos se vuelve tedioso. Yo soy más de la idea que la ausencia de Panda Bear pueda haber afectado la falta de órbita, sin embargo resalto que es un trabajo que de seguro gustará a sus fans más de nicho.
SLAVES – ACTS OF FEAR AND LOVE
Los esclavos no sienten cansancio ni miedo, tres años, tres discos, cada uno mejor que el anterior. La banda sigue moviéndonos el piso bajo las tillas con su punk rock vertiginoso, desparpajo garaje y líricas divertidas, sin embargo, en esta ocasión otorgan versatilidad a su propuesta dominando ritmos lentos además del narrador, ahora capaz de regalarnos convincentes momentos introspectivos. Un salto de calidad necesario para apreciar estos actos de miedo y amor en toda su tridimensionalidad.
TREVOR POWERS – MULBERRY VIOLENCE
Antes de presentarse con su verdadero nombre, el autor, bajo el alias de Youth Lagoon, llamó la atención de muchos con su indie rock despierto y lúdico sin embargo ahora las máquinas se toman el control de la situación para diseñar el mundo interno de Trevor Powers, un pop de autor de silencios espesos, ambientaciones hipnóticas y efectos eléctricos que hacen cortocircuito con nuestro sentido de realidad. Todavía hay guitarras, o al menos algo parecido, merodeando a través de los arreglos, pero nada llegará a nuestros oídos sin ser sometido a algún tipo de manipulación o desfiguración. Advertimos que esto no es música fea por ningún motivo: todos los sangrantes y chillones ruidos están respaldados por ricos acordes y Powers deja unos instantes de belleza intacta para que podamos recuperar el aliento.
STILL CORNERS – SLOW AIR
Dormirse manejando en la noche por una carretera que se interna en el bosque y despertar en el bar de Twin Peaks. Algo así es la experiencia que produce escuchar el nuevo trabajo de la banda londinense Still Corners y cuya grabación se realizó en Texas. Estamos ante un dream pop que usa sobrios toques de americana para dar visualidad a postales nocturnas de un sueño escapista que contiene con especial gracia elementos oníricos (sintetizadores) y orgánicos (guitarra y batería). Nuestra imaginación se nutre de fantasía con cada escucha.
CULLEN OMORI – THE DIET
El segundo álbum del ex líder y vocalista de Smith Westerns representa la recuperación de las virtudes que lo hicieron conocido en el panorama independiente: rock hecho a mano basado en cristalinas melodías adornadas con sentido cósmico y lirismo mordaz, aunque con la modestia suficiente para mantener los pies en la tierra.
OH SEES – SMOTE REVERSER
Uno de los pilares del garage fuzz psicodélico se hizo presente esta semana con nuevo material. Hablamos de Oh Sees, banda que en cada disco se aventura con pasión y valentía por mundos ruidosos y lisérgicos. En esta ocasión la producción se siente más seca y depurada logrando que la pesadez no esté en el volumen y la distorsión, sino en la fuerza con que las manos golpean los instrumentos. Es el conjunto enfrentándose con sus propios brazos a la bestia gigante que ellos mismos han creado y si bien acercándose al minuto 60 la batalla puede tornarse espesa, siempre podremos confiar en que el poder de la creatividad triunfará.
ARIANA GRANDE – SWEETENER
Lo nuevo de Ariana es algo a lo menos, polémico, y es que hay un montón de contradicciones. Cuesta dar un veredicto certero, cuando la cantante entrega una performance vocal irreprochable que se infunde en pasión, experiencia y oficio, pero eso se estrella de lleno con la producción –en específico– de Pharell Williams que ralla en la monotonía y la falta de tino por un sonido característico que se adecue a los colores y necesidades de Ariana, muy por el contrario, suena a los trucos y muletillas del N.E.R.D. más plano y repetitivo, lo que termina por mermar la calidad de un álbum que pudo haber sido un verdadero estandarte del pop este año.
Tampoco es que sea un mal álbum, como dije, las canciones producidas por Pharell son el gran punto bajo –con excepción del feature con el mismo Williams, que algo de chispa produce–. En cambio las producidas por Ilya, como la grandiosa «God is a woman» son esos tracks que hacen valer la pena la escucha, con un equilibrio e identidad palpables y por supuesto, sin sabor a caprichos aburridos. En conclusión, elegir mejor a los colaboradores, para obtener un álbum repleto de canciones duraderas sin rellenos olvidables.
EARTHISTS. – LIFEBINDER
Si bien hay varios clichés del metalcore americano, los nipones despliegan en Lifebinder una visión del sonido decantada hacia la versatilidad del hardcore, entregándonos con facilidad uno de los mejores álbumes del género de este año, y porqué no, de los últimos años. Mucho más entretenido, sorpresivo y realmente agresivo, con delirios infiltrados de progresivo (gracias por tanto, Animals As Leaders), logrando unas transiciones que invaden la renovación de la fórmula que buscan entregar, y honestamente, lo logran. Hay que cosas que pulir, sí, pero la proporción es muy pequeña en comparación al infinito aporte que se presenta en este LP.
OUR GIRL – STRANGER TODAY
Herencia absoluta del rock alternativo de My Bloody Valentine y Pixies, lo de Our Girl se integra en pleno 2018 con un sonido atemporal, que encanta por venir de las mismas fauces de este trío que se siente por cada trecho de Stranger Today. Así mismo, desde la cotidianidad de los desapercibidos, la dicotomía entre el dulzor y la amargura de las melodías serán capaces de sumergir conciencias en un estado conocido de jovialidad, recobrando memorias que yacían inertes en etapas pasadas, denotando un debut encantador bañado en lógica de garage.
ZEVIOUS – LOWLANDS
Este trío neoyorquino nos entrega un álbum instrumental de identidad progresiva con conocimiento jazzero que aprovecha hasta las mayores fantasías del metal y rock más oscuro, ñoño e insano. Algo así entre Porcupine Tree, la versión más sucia de Black Sabbath y una fusión deliberadamente amorfa de Opeth y The Mars Volta.
Derramando las ansias y desesperación de llegar a territorios cada vez más desconocidos, tienen éxito en utilizar la curiosidad del oyente para interesarse en sus demencias musicales, sin abrumarlo, porque no es necesario que tengamos otra canción «The Dance Of Eternity» de Dream Theater si es que no siente algo esencial. La prueba de ello es la duración amigable de 46 minutos en total, para un promedio de canciones que roza los 7 minutos, demostrando su demente lucidez.
DEATH CAB FOR CUTIE – THANK YOU FOR TODAY
Singles muy buenos, acompañados de canciones repletas en buenas ideas pero con falta de impacto. Thank You For Today es el ejemplo perfecto de lo que Death Cab For Cutie hace bien y mal, fallando por sus evidentes ansias de encantar al mundo como lo hicieron en Transatlanticism, sin ceder en su concepción arraigada y apernada de un indie pop humilde, con tintes caprichosos de experimentos. Es eso lo que falta a los estadounidenses: una determinación clara, y es que es evidente que no quieren abandonar su sonido cuidado a como de lugar, pero se siente como si aun cedieran a exigencias corporativas, y es ahí donde el clímax pasional se pierde.
Pero tampoco nos vayamos en un malentendido, pues Thank You For Today es sin lugar a dudas lo mejor que han facturado últimamente, un álbum mucho más centrado y equilibrado gracias a la exquisita conexión que provocan los arreglos ambientales, una de las constantes, para abocarse a un plano más misterioso y etéreo, con un toque personal en las letras de gente adulta consciente del pasado, y concentrada en el presente.
BELMONT – BELMONT
El ansiado debut de Belmont es algo auspicioso para dos géneros que se encuentran estancados en sus épocas de gloria. Catalogados así mismos como pop punk, se varían en pinceladas de metalcore para otorgar la versatilidad que el primero, como estereotipo, no tiene, y en viceversa, inyectar la personalidad de la que el segundo carece. Una combinación en la que es muy fácil arruinarlo todo, pero definitivamente sacaron la tarea adelante.
Siendo honesto, la propuesta aún suena algo heterogénea, pero es evidente que tienen la película clara, y que lo demás vendrá de mano de la madurez y experiencia, ya que sin duda no suenan a otras agrupaciones, ni tampoco bastan los conceptos del pop punk o el metalcore para definirla del todo, lo que en estos tiempos de renovación musical en el mundo de las guitarras, es algo positivo y necesario. O sea, el balance es positivo, brindándonos un álbum entretenido y fresco.
REBEL WIZARD – VOLUPTUOUS WORSHIP OF RAPTURE AND RESPONSE
Delirante, fulminante, infinito e inmenso. Lo de Rebel Wizard es lo más agresivo, insidioso, desinteresado, y alucinante que ha dado a luz el género más pesado del mundo este 2018, y se manifiesta como una verdadera oda al metal extremo. Así, radica su presencia en el black metal más disonante y reminiscente de los mejores tiempos del Inner Circle noruego, pero que se hermana con los demás sub géneros como el melodic death, heavy, speed, thrash, y porqué no, algo de prog. Además la suciedad de la producción otorga la atmósfera perfecta para conectar tantos sonidos, y el resultado, como ya dije, es real y literalmente alucinante.
Ya me siento ansioso de ver que puede pasar con un poco más madurez lírica (pues algunas letras llevaron al extremo lo experimental y voluble), experiencia y presupuesto. Así que la Metal Blade o Nuclear Blast, avíspense, porque el metal extremo jamás ha sido tan explosivo como lo es con Rebel Wizard.
CONNER YOUNGBLOOD – CHEYENNE
Cheyenne funciona como una bitácora poética desde el punto de vista del artista, relatando sus diversas sensibilidades y memorias de los viajes y la inmensidad del mundo, retratado en idioma minimalista, con una fusión exquisita entre lo folk, el ambient del post rock y los ligeros detalles de sonoridades de todo el mundo. Un álbum personal que no busca complacer, sino relatar, con sus propias virtudes, reglas, patrones y vicisitudes, sin ansias de perfección, pero que en su humildad cautiva y atrapa nuestra atención para captar cada detalle –tanto literal y metafórico– de sus historias.
PERFUME – FUTURE POP
Un álbum popero como ninguno, que se ahoga en una infinidad de sonidos e influencias de lo que significa la música electrónica. Desde el lado más popero, hasta algo crudamente industrial, con algo de dubstep y contemporaneidad entre medio, las niponas no se guardaron nada, y en esta visión futurista hay un sinfín de elementos que apreciar. Claro que varios se encantarán por este derroche visionario como también otros se espantarán, ya sea por el timbre algo ridículo de la voz o las excentricidades, pero en algo sí hay certeza, y es que el concepto que se propusieron a alcanzar es ambicioso, y aunque falte pulir sus argumentos para complacer a la crítica elitista, me consta que sus errores son netamente a causa de los pedidos viciosos de la industria, pero el tiempo y la experiencia hablarán por sí solos.
DORO – FOREVER WARRIORS//FOREVER UNITED
La diosa del metal quiso dejó salir toda su devoción por el género que tanto aprecia, a costa de un heavy metal directo al grano de buena factura, que falla un poco con la producción en errores algo estúpidos –como el volumen de la guitarra principal en distintos segmentos– pero que ante todo, remece almas en hermandad. Definitivamente disfrutable y mantiene esta suerte de post grado en el concepto más clásico del género, y aunque si bien no hay nada novedoso, si hay una pequeña y tenue luz que puede ser explotada en el futuro, en el feature con Johan Hegg de Amon Amarth.
Escritos por:
Felipe: Desde Intimate Stranger hasta Animal Collective.
Ernesto: Desde Slaves hasta Oh Sees.
Jota: Desde Ariana Grande hasta Doro.