Si hablamos de sucesos hispanoamericanos en la música durante la primera década de los 2000, no podemos dejar de mencionar el segundo disco de una banda Argentina que jugaría como nunca con el Electro Pop, para dar un recado de masas sobre diversión, amor, relaciones personales, y una que otra fantasía sexual. Sin restricciones es por lejos, el álbum que cambio la forma en que miramos ese Pop juguetón sin tapujos, contrario a la mortal y las buenas costumbres, dejando un legado que en su tiempo impacto a todas las edades y que hoy, se resiste a perder su encanto. Miranda! capturó energía, sinceridad y un fino sentido del gusto por las masas, en una obra directa, que de paso traía verdaderos hitazos como El don (es la guitarra de Lolo), El profe (con una doble lectura más bien directa sobre fantasías sexuales un tanto taboo pero presentadas inocentemente), o El agente, sin embargo fue en temas como Otra vez, Quiero o la irresistible Yo te diré, donde encontramos ese algo novedoso, que nos hizo correr a la tienda de discos más cercana (o Ares/Kazaa) y pedir nuestra copia del disco más divertido creado en latinoamérica en la década pasada.
Pasa el tiempo, nos hacemos más viejos, pero si hay algo que es seguro, es la fuerte química que existe entre Miranda! y nosotros. A todos les gusta por lo menos una canción de ese álbum, ya sean los singles, baladas como Uno los dos o la frenética y electrosintética Traición, con un bit digno de la mejor época de Erasure. Quítense los prejuicios y escúchenlo de principio a fin, porque no hay desperdicio alguno.
