NINE INCH NAILS – BAD WITCH
Ep o Lp, qué mas da, Nine Inch Nails viene a cerrar esta trilogía iniciada el 2016 con Not The Actual Events, seguida por Add Violence y que ve en Bad Witch, su expresión más directa, notable y cercana a lo que muchos conocen de la banda, a ese concepto perdido de la distorsión industrial noventera, dejando sin embargo un espacio para acudir al llamado hecho por la inspiración que siente Trent Reznor por Bowie desde los 90’s cuando giraron juntos. Puede que suene poco atinado hablar de este encuentro atemporal entre el NIN noventero y el de ahora, pero las canciones encuentran sincronía entre el pasado y el presente, como si Trent necesitase sanar heridas del pasado, y a la vez recuperar fuerzas para afrontar la problemática que vive Estados Unidos en los días de Trump.
Suena como un renacer, y a la vez como una honra hacia algo todavía más grande, como si el músico se sacase una espina de encima a través de 6 temas excelentes. Los dos que abren Shitmirror y Ahead imaginan el frenesí electrónico-industrial en pos de la sabiduría de la auto destrucción musical, mientras que Play the goddamned part, con ese ruido Bowiesco nos introduce de forma magistral al cariñito hacia el duque blanco en plena introspección experimental de hace dos décadas, siendo esta God Break Down the Door una explayación sorpresiva y carismática, atrayendo una renovación artística de Trent, quien junto a Aticus Ross claman por golpear las puertas del cielo, con mucho ruido, un free jazz que recuerda las licencias de Blackstar y la innovación vocal que a más de alguno sorprenderá. Finalmente se hace presente el gran final del disco, antecedido por un track como I’m Not from This World, en plan Lost Highway, con harto misterio y una cinematografía digna de cualquier banda sonora firmada por el dúo, a la vez que Over and Out toma posesión de un camino nuevo, uno más bien progresivo, con armonías elegantes, distinguidas, cáusticos zumbidos de sonidos inexorables de ansiedad y rompimiento. Una verdadera joya que sella el que definitivamente es el mejor trabajo de NIN en una década. Entendamoslo como el álbum que debió salir entre The Downward Spiral y The Fragile, a la vez entendámoslo como la pieza moderna que es, una que no teme a recuperar el pasado y a confrontar el futuro.
PERROGATO – PERROGATO · EP
Inundados de astucia, sensibilidad y caricias Pop, llega el cálido soplido de un proyecto musical que añorábamos desde los sueños. Si bien en Chile se cuecen demasiadas cosas interesantes, hay solo pocos nombres capaces de retratar tan bien el imaginario mismo de lo que significa la familiaridad. Dispersos entre una odisea de conflictos personales, relaciones y todo tipo de enfrentamientos contra la realidad misma, Perrogato sufraga su propio voto bajo la condición de entregarnos algo tan tierno como reconfortante; un océano de canciones tan bien pensadas, tan bien ejecutadas y tan bien entregadas. Un Ep que nace desde el amor por la música de este dúo que decidió contarnos un poco más de la vida.
HOLA EXTRAÑO – ALMANAQUE
Sin caer en odiosas comparaciones, a Hola Extraño los compararía con la importancia que tuvieron The Byrds en los sesenta. Una mezcla entre una sensibilidad Pop ganchera, raíces Folk que nacen desde el encuentro con la guitarra de palo y un imaginario que puede llegar a volvernos locos de esa simpleza sobrecogedora, la cual le suma sentido a la honestidad que muchas veces le hace falta a las escenas, en todas partes. Nada de excesos ni pretensiones vacías, más bien un grupo cohesionado en la dinámica de la verdad, del sentir y del entregar verdaderas declaraciones en formato canción. De esas que surgen a cada momento, según como nos sintamos. Una hazaña que Hola Extraño logra gracias a que estos chicos realmente quieren expresarlo todo y no callarse nada. ¡Viva Almanaque!
DEATH GRIPS – YEAR OF THE SNITCH
Pese a que Death Grips tuvo todo para volverse una copia de si mismo, han logrado engendrar un verdadero culto a su favor, a través de un sentido negro del humor, una profundidad de sonidos ripeados de formulas cada vez más de nicho y un toque de locura irreversible, asfixiante y desagradablemente simpático. Esa es la gran virtud y quizás el gran pecado de los Grips, puesto que Year of the Snitch posee cualidades alucinantes que nos envician desde una excusa de Rap, para abordar todo tipo de temáticas e influencias, desde Shrek hasta la quimera de géneros tan dispares como el Drum n Bass y el Noise, todo en algo nuevo pero familiar para nosotros. Sin embargo, a cierto punto para demasiado exagerado. No es que se los coma el personaje, simplemente habitan una burbuja tan hermética, que todo parece derrumbarse si tratan por una milésima, de abarcar cosas fuera de ese iceberg tan profundo como el mito de la deep web.
Así que las cosas parecen complicadas en el papel, sin embargo no hablamos más que de unos tipos a los cuales les importa todo un carajo, o todo demasiado, por lo que no nos queda más que entregarnos a su música y es ahí, donde emerge el tremendo grupo que es. Year of the Nitch es hasta la fecha su álbum más diverso, entre la densidad de la violencia y las cabritas dulces que tanto nos gustan.
PLANTA – MANTOS
La asociación de sonidos con estados plenos del sentir más íntimo, más profundo y verdadero, se introducen por una obra atada al inconsciente colectivo musical repleta de momentos maravillosos y evocadores. Este trío llamado Planta parece nacer bajo la idea de un viaje por todo tipo de sonoridades que marquen a fuego el sonido mismo de las palabras. Un trazo de tonalidades que suenan muy bien producidas y que emergen a cada momento, como un vaivén de posibilidades y atajos al corazón mismo de las cosas. Mantos es un disco con muchos paisajes y que nos acoge desde la naturalidad misma del curso de las cosas. Todo tiene su rumbo y nada es porque sí.
FREDDIE GIBBS – FREDDIE
Freddie es una cápsula en donde habitan los momentos más íntimos, de autodescubrimiento y reflexivos del Rapero Freddie Gibbs quien se entrega en cuerpo y alma, beats y rimas en un mixtape capaz de introducirnos en el más puro y honesto de los discos de él. Ojo que todo esto no le quita ese sabor encendido entre la labia y lo salvaje, cortesía del propio Gibbs.
MORMOR – HEAVEN’S ONLY WISHFUL · EP
En días en que la capacidad de asombro parece ser una especia de diamante extraño, aparece MorMor con un Ep tan distinto y luminoso, que las cosas cambian de inmediato. Como si volviésemos a creer en la generación espontanea, este Ep posee la capacidad de encumbrar casi de inmediato al artista a lo más alto e interesante que nos ha entregado este año la música. Una carta de presentación entre las reminiscencias de un Pop capaz de entrelazar universos dispares como el R&B y el Soul, con un imaginario Indie repleto de una somnolencia adictiva. Heaven’s Only Wishful rápidamente se transforma en lo mejor que he escuchado este año.
TEYANA TAYLOR – K.T.S.E.
Con Teyana pasa que podemos redescubrir el gran poder que tiene la música Soul y el R&B como géneros adaptables a todo tipo de periodos, realidades y estados de ánimo, a través de su gran voz y su particular visión de cómo debe sonar la música hoy en día. Era una de las cartas bajo la manga que Kanye nos tenía guardada para este año, siendo el impulsor de un montón de beats que rozan las glorias pasadas pero en esta ocasión no es el productor quien funciona como base, si no que es la misma cantante la que acude a la inspiración máxima con un tremendo talento vocal que despliega a lo largo y ancho de un trabajo tan enérgico como flotante, para enamorarse y perderse. Keep That Same Energy es un acierto en todos los niveles, nada de descartes, puro oro.
ENIMA – PARAINSOMNIA
La oscuridad con la que Enima nos rodea musicalmente, no es impedimento para sacar a relucir el enorme potencial que ensambla el dúo con un libertad absoluta en cuanto a lo que quieren hacer; para donde ir. No es música Emo, ni mucho menos Indie o alternativa; más bien un compendio de sintetizadores, voces desafiantes y el cálido sabor de lo que los sentidos y el clamor pasional y personal dicten, desde las sombras y los rincones más recónditos de nuestro ser. Parainsomnia nos ayuda a comprender el motor que los impulsa a crear, a compartir y a sentir, siendo su trabajo más íntegro y mejor ejecutado. Una delicia para todos los gustos.
KHEMMIS – DESOLATION
Tomar desde las mismas raíces un concepto, desarmarlo y expandirlo más allá de las propias limitaciones que se impuso el doom a lo largo del tiempo es digno de un nuevo prócer. La interpretación de un sonido que se limitaba a sí mismo, lo que no es algo malo per se, ya que sin duda bandas como Candlemass o Pentagram construyeron todo un mundo que se escondía tímido ante la algarabía del heavy, tomando lo que Black Sabbath inventó sin saber, pero se mantenía en ese nicho inamovible, sagrado y conservador.
Khemmis, oriundos de Denver, destruyen esa autoimposición y brinda desde los mismos cimientos en su propia música, una visión en constante búsqueda de horizontes. Atrás quedó el agregar o quitar elementos, como si borraran toda una línea de tiempo derivando en otra, la inquieta, la que viaja por cualquier lado, entre guitarras armonizadas, riffs lúcidos y estridentes, una voz imponente y pulcra con un alter ego asesino que aparece cuando debe hacerlo y una sección rítmica que no teme las distintas velocidades. Todo esto se trata de lo que necesita la música, la figura, una ambición inteligente que conoce lo que necesita el álbum, uno que consideramos un highlight en el género sin pensarlo dos veces.
MAISON BOOK GIRL – ELUDE · EP
Una manera distinta de hacer pop, que supera incluso las barreras del mismo indie, con una presencia destacada del uso de pianos, arreglos de cuerdas y sintetizadores, sobre todo este último que ofrece un sonido inquieto y comprimido en singulares tonalidades y escalas, que aparentemente rompen con la matemática, recurso que llamó toda nuestra atención. Los ligeros matices entre las distintas voces nos brindan un puñado de canciones calmas y llenas de sensibilidades que ven en la susceptibilidad interpretativa su potencial y brillo; las versiones instrumentales son fiel prueba de esto. Un EP entretenido y por sobre todo distinto.
IMPENDING DOOM – THE SIN AND DOOM VOL. II
Una banda que ha amasado la dicotomía entre un aura y devoción cristiana, y el aspecto más gore del deathcore tiene éxito en integrar este aspecto tan rechazado por el mundo del metal: el cristianismo. Impending Doom demuestra que no es el enemigo en sí, sino más bien las distintas instituciones que manipulaban el concepto, llegando incluso a gustar hasta el más trve de todos. No obstante, fallan indefectiblemente en la monotonía y no es que el deathcore, un sonido que ha sido tan manoseado como el metalcore, de muchas opciones, pero a lo menos la palabra «genérico» no debiese presentarse en el vocabulario de quienes los escuchan. La identidad no sólo está en los tabúes del género chicos, así que centren sus esfuerzos en redefinir realmente un género que está en agonía.
CODE ORANGE – THE HURT WILL GO ON · SINGLE
De la nada aparece este single con tres temitas que nos afirman una vez más, como si el Forever no haya sido prueba suficiente el año pasado que Code Orange piensa en grande, y enaltece un sonido que siempre se mantuvo en la rebeldía. Cómo si quisieran inyectar directo en nuestras venas esa rabia fulminante del hardcore y derribar todos nuestros conocimientos preconcebidos al respecto. Además, ¡qué onda el uso de los elementos electrónicos!, estos cabros se volvieron locos y aun así están sonando demasiado bien, si hasta el mismo Corey Taylor quiso formar parte, en uno de los mejores features de este año.
SHISHAMO – SHISHAMO 5
Aquí cae un concepto que muchas veces se nos pasa de las manos, y es que la suavidad de los distintos sonidos de una banda pueden entregar un sinfín de canciones que no tienen porqué ser baladas, sino que también pueden reventar en energía. Todo eso es en gran parte gracias a la producción, que saca provecho de cada nota y beat en un álbum bastante generoso en tracks, con una capacidad sorprendente de moldear el estado de ánimo sin caer en la fórmula de himnos de estadio. Una faceta indie bastante calmada y aún así tan upbeat que ha sido algo olvidada por el lado occidental de la música, pero bien, hay sorpresas en cada parte del mundo y lo que admiramos es las ganas de hacer hablar los instrumentos, que logran con creces.
PANIC! AT THE DISCO – PRAY FOR THE WICKED
Brandon Urie abrazó su rol de bachelor que tomó hace un tiempo, inmiscuyéndose en un área colorida a más no dar, tanto que los más fans se podrían ver abrumados por tanta incombustibilidad, tanto detalle e inagotabilidad. No es que se les pueda culpar por ello, ya que es un álbum que juega a través del avasallamiento, presentando una postura férrea de cantante de pop, construyendo su propio camino hacia las grandes ligas del mainstream. Le costará, sobre todo por los prejuicios de su época emo, pero hay que decirlo, va demasiado bien encaminado, y es que Pray For The Wicked apreta el turbo de inmediato, llevando nuevas vibras a una carrera que se convirtió en una fiesta en la que figura como anfitrión y el alma de ésta. Se la está pasando más que bien, y nosotros también.
VEIN – ERRORZONE
Una de las sorpresas en lo que va del año. Estos chicos nos entregan un hardcore virulento que no duda en contagiarse de distintas aristas de la música, mostrándonos el lado oscuro de la luna del sonido más rabioso del planeta. Algo así como si The Prodigy decidiera suplantar a Code Orange, pero no resistieran en abandonar el histrionismo, y es que Errorzone está lleno de irregularidades y texturas abruptas que fueron pensadas para incomodar, y cumplen ciertamente. Aún así, bastan un par de minutos para aclimatarse en sonidos explosivos y muy peligrosos, sumándole un poco de electricidad futurista y hasta apocalíptica a un sonido que ya dejó de resistirse a lo nuevo, sino que lo acepta y lo llama masivamente. Qué gran época en la que estamos.
MARDUK – VIKTORIA
Un álbum que sobresale en energía, mensajes y por sobre todo, esa suciedad a la que nos atenemos y esperamos de unos pesos pesados como Marduk. Con el minimalismo que el artwork nos presenta, nos sorprendemos por las distintas variantes en cuanto a ritmos y fusiones, con harta, harta pizca de thrash por aquí y acullá. Lamentablemente fallan en la tarea del cautivar, con riffs y tonalidades algo monótonas que se ven compensadas por la corta duración del álbum y las canciones en sí. Es tan sólo un álbum clásico de black metal, sin ambiciones sonoras, y es eso donde Marduk tiene que poner sus ojos y almas, ya que el discurso no es lo único importante.
JACK RIVER – SUGAR MOUNTAIN
Un synth pop tratado con una sensibilidad característica de la esfera indie en esta área, mas no complaciente consigo mismo, pues se percibe el trabajo en tomar cada opción y hacerla propia. Un sonido que expele un aroma realmente dulce y adictivo, que eriza la piel y genera escalofríos por lo incisivo que se torna, afirmándonos en forma de relato que es momento de colorear todo un espectro repleto de irregularidades que rompen con el ego inmóvil ahogado en laureles de algunas agrupaciones, y nos demuestran como se hace un buen álbum de indie pop con sutileza, del imaginativo, del que proviene de gente que no extrañaría a nadie –en absoluto– que alguna vez hayan querido ser astronautas o magos, así que porqué no serlos por un momento.
HUMP BACK – HAIKEI, SHONEN YO · EP
Occidente siempre se ve sobrepasado por lo excéntrico de la cultura nipona, especialmente en lo que a música refiere. Pero eso no es más que respaldo de que Japón hace las cosas distintas, no sólo en cuánto al producto final, sino que en cuánto a la perspectiva misma. Este trío concentra sus esfuerzos en este último concepto, entregándonos un rock de garage bien popero, bastante reconocible en cualquier parte del mundo, pero que sobresale en esos detalles que muchos dejan de lado, con líneas de bajo que en su rol rítmico se deslizan entre los distintos trastes, logrando distintas tonalidades que el pop punk abandonó hace mucho tiempo, ni mucho menos hablar de la guitarra que ve posibilidades más allá de las quintas, una batería que conoce muy bien su rol y una voz tan armoniosa que llega a costar comprender lo fuerte que suena sin quebrarse en el camino.
No hay un propósito oculto en redefinir, y es porque piensan de otra manera, así de simple. Así que a ponerle oreja, y dejar salir al inquieto yo de cada uno, y no me culpen si se quedan pegados con las melodías, culpen a Hump Back, quienes cumplen con creces ese aspecto feel good de la música, cautivante y lleno de sus propias individualidades.
ÁRSTIÐIR – NIVALIS
Directo desde Islandia, este grupo que se sitúa en lo musical entre Sigur Rós y Sólstafir, ha querido aterrizar su concepto a un plano más terrenal y aún así lleno de una atmósfera que se ve invadida en constantes ocasiones por el juego de voces que es sinceramente hermoso. Un uso predominante de la guitarra acústica y el uso puntillista de cuerdas, nos brinda un álbum nevado en melancolía con luces a alcanzar, con pisadas inadvertidas pero que conmueve a quien ha de encontrarlas.
SUCHMOS – THE ASHTRAY
Algo sencillamente bello e inaudito. ¿Qué es lo que sucede con estos seis sujetos? La sensualidad con la que tratan una música que desgarra y extrae de distintas aristas del panorama musical es algo realmente sorprendente, no sólo por lo trabajólico –los japoneses siempre sorprendiendo– sino por la facilidad en la que viajan entre ritmos electrónicos, el funk, el jazz, neosoul, y una cantidad aún mayor de detalles que derivan en algo espacial, algo cautivante, algo que rompe fronteras culturales, idiomáticas y sonoras, demostrando una vez que la buena música es apreciada en cualquier parte del mundo. Esta es una banda a tener en cuenta, y que merece más atención en el globo; una gema que nos negamos a que pase desapercibida.
KAMASI WASHINGTON – HEAVEN AND EARTH
El saxofonista tenor, director de orquesta y compositor estadounidense ya es toda una institución, o más bien un templo del jazz. Envuelto en un aura mística creativa, de la que se hace arte y parte, nos trae en esta ocasión un disco doble de 2 horas y 24 minutos que, como indica su nombre, se divide en dos partes. «El lado de la Tierra representa el mundo como lo veo externamente, el mundo del que soy parte», explica el autor, mientras que «el lado celestial representa el mundo tal como lo veo internamente, el mundo que es parte de mí”. El cielo y la tierra proponen entonces un juego dialéctico basado en el pensamiento filosófico del dualismo mente-cuerpo. Como experiencia auditiva, dicha confrontación da lugar a los momentos más trascendentales en la carrera de Kamasi, así como algunos de los más retorcidos.
WESTSIDE GUNN – SUPREME BLIENTELE
Hay amigos del rap que no soportan la voz de Westside Gunn. Es que el cabro es malo y canta como piante ¿qué le van a hacer?, bueno, dejar de ponerse quisquillosos, ponerle play a su nuevo disco y apreciar como el MC, armado de su ingenio y cadencia, da la pelea en un ring de lucha libre por el que se pasean personajes leyenda de la WWF y gángsters callejeros dispuestos a matarte ante la más mínima provocación. Una atracción cinematográfica que utiliza algunos de los elementos característicos de su casa, Griselda Records, como los bucles soul sin batería y las colaboraciones con Benny y Conway. Lo esencial sin embargo es que el juego narrativo convence dado que se empapa de la personalidad de un autor lleno de «chispeza» ofreciendo así una de las destacables piezas de arte hip-hop que oiremos este año.
VACATIONER – MINDSET
Este es uno de los discos a los cuales llego porque me llama la atención la carátula, la que en este caso me recordó a un clip de Tame Impala. Efectivamente, estamos ante un proyecto psicodélico que, gracias a la soñadora voz del vocalista, al cálido apoyo instrumental y al tono retro, se hace muy ameno al oído, y al pie, que con gusto marca el ritmo. Y es que el paisaje sonoro elaborado es uno de los aspectos más fuertes del trabajo. Aunque se componga de innumerables capas, efectos e instrumentos, el álbum nunca se hace demasiado denso, turbio o abrumador. Cada sonido tiene un propósito y no hay dos canciones que suenen igual.
EL CÓMODO SILENCIO DE LOS QUE HABLAN POCO – AMANDA
De la pandilla de amigos del Sello Piloto (¿Q.E.P.D?), ECSDLQHP siempre se ha diferenciado de Patio Solar y Niños del Cerro por su sonido más orientado al emo. No importa cantar bien mientras se transmita con fuerza desgarradora la emoción del amor o la pérdida de este y la banda vaya que sabe hacerlo, con palabras sencillas y cuadros de tierna cotidianidad. Su disco debut (Run Run, 2016) resultó muy aclamado, los consolidó en la escena y es por ello que se esperaba con ansias su nuevo trabajo. Amanda mantiene las características de su predecesor, el estado anímico, la memoria emotiva y la simpleza que suscita empatía. Hay destellos de atrevimiento a experimentar, como el “folk-trap” de la canción “Tristefeliz” sin embargo se extraña un himno trascendental como lo era “Jardines” lo que no significa que el trabajo carezca de grandes momentos, “Nota024.m4a” por ejemplo es para gritarla a todo pulmón y en vivo debe ser un trallazo. En definitiva estamos ante un álbum de transición donde la banda reafirma su fórmula y esboza los trazos hacia nuevos caminos que esperamos apreciar en futuras entregas.
ASES FALSOS – MALA FAMA
Encasillar proyectos en géneros generalmente resulta algo feo para los músicos pero mirado de otra forma, dichas etiquetas pueden ser adjetivos poderosos dignos de merecerse y en ese sentido los Ases Falsos son una banda de Rock/pop con todas sus letras. Se pasean por estilos sin vergüenza y mezclan influencias con toda libertad incluso dentro de las mismas canciones, por eso la batalla por la cohesión sonora dentro de sus discos la tienen ganada, escuchamos los juegos melódicos del vocalista Cristóbal Briceño con la sólida banda e inmediatamente sabemos quiénes están tocando. En su nuevo trabajo, el conjunto reafirma su sonido, su identidad y, gracias al esfuerzo del letrista, reafirman también su mala fama, entendida esta como la postura escéptica de un librepensador que cuestiona el actuar de su entorno jugando al filo entre lo sagaz y lo odioso. En el transcurso de las 13 canciones se explora un variado abanico de estilos: fusión latinoamericana apocalíptica en “Así es como termina”, balada noventera en “Jhendelyn”, rock impetuoso en “La Casa” o confesión pop cebolla en “Nada me debo”. Los temas tienen en común líricas proyectadas en forma de crítica hacia el entorno, hacia actores y movimientos sociales. Es en esta proyección donde el autor a ratos tropieza, el personaje se come a la persona y en el afán de explicar su opinión, cae en estrofas innecesarias o calzadas de forma poco prolija. En el global el disco cumple, entretiene y logra líneas pegajosas como en la canción que titula al álbum, una medular declaración de principios que al estar como último track da la impresión de llegar muy tarde, sin embargo el tema muta en una segunda parte que funciona ideal como cierre. Son los cuestionamientos íntimos de almohada, un ejercicio de reflexión necesario para superar las adversidades, las rabietas y los momentos de desconcentración que ello genera. Un camino hacia la comprensión por el que cualquier hombre de mala fama debe pasar.
Escritos por:
Felipe: Desde Nine Inch Nails hasta Enima.
Jota: Desde Khemmis hasta Suchmos.
Ernesto: Desde Kamasi Washington hasta Ases Falsos.
