Sin duda alguna el nombre de Brett Gurewitz quedará marcado a fuego en la historia, no solo del Punk, si no también de la música. Pero ¿Quién es este tal Brett? Bueno, es un miembro fundador de esa institución llamada Bad Religion. Como guitarrista y principal productor, junto a Greg Graffin han puesto en marcha todo un plan de varias décadas para entregarnos un Punk adrenalínico, melódico e inteligente pero también se ha destacado por su labor en Epitaph Records, sello creado por él y que cosechó un éxito abrumador lanzado discos como el Punk In Drublic de NOFX, And Out Come the Wolves de Rancid o el Smash de The Offspring. Bajo este mismo sello, se ha destacado como productor haciendo su labor para bandas como L7, NOFX, Millencolin y Rancid, entre muchas más. Aquí una selección de sus más destacadas obras como productor, sin contar las de su propia banda.
L7 – L7 (1988)
El debut de L7 también marcó el debut de Epitaph. Para los que no saben L7 es una banda compuesta de puras mujeres que le dieron un sabor más crudo a lo que conocimos por Grunge o Rock Alternativo en los 90′, y que con este primer trabajo, más cercano a sus raíces Punk Rock, y que contó con la ayuda de Brett en producción, dejarían una huella dentro de la escena más under que hasta el día de hoy perdura. Es un clásico.
NOFX – Ribbed (1991)
Antes de que Fat Mike y compañía lograran esa fama que los tiene hoy como una de las escuelas más conocidas de Punk Californiano, se les vio jugando a ser una banda mucho más loca si se puede decir. Este Ribbed es casi como una declaración de principios de lo que irían a ser, y Brett jugó un papel importante al producirles sus primeros trabajos y ayudarles en esa no tan fácil transición. Acá se nota mucho sudor, esfuerzo y ganas.
Rancid – Let’s Go (1994)
Luego de un debut admirable, Rancid lanzó algo así como un Punk auténtico para las masas de desadaptados que veían en ellos, la continuación obvia. Let’s Go fue un impulso tanto musical como en popularidad y sin duda Gurewitz les ayudó a alcanzar ese estatus de auténticas leyendas vivientes. Ha producido casi todos sus álbumes, pero este en particular, tiene ese algo que lo hace imperecedero.
Down By Law – punkrockacademyfightsong (1994)
Estamos en la eterna pelea de los fans de Down By Law que se debaten sobre el mejor disco de la banda, entre este y el All Scratched Up de 1996. Lo cierto es que ambas piezas contaron con la producción de Brett, y en lo particular, este los muestra quizás menos diversos, pero más versátiles, más Punk, más aguerridos y dispuestos a engancharnos todo tipo de nuevos himnos de tocata.
Pennywise – About Time (1995)
La madurez y la sangre caliente, todo equilibrado en un álbum capaz de convencer hasta al más escéptico melómano que reniega del Punk. Este About Time de Pennywise no solo significó el ascenso definitivo y la consagración, si no que también un respiro más honesto a toda la nueva oleada Punk Californiana de mediados de los 90’s. Sin dudas la unión hace la fuerza y acá estamos quizás ante el mejor disco lanzado por el sello, y ante una de las mejores producciones de Brett.
H2O – F.T.T.W. (1999)
Mientras nombres como Rancid, Green Day y The Offspring se hacían con el mundo, otros como H2O comenzaban a renovar y trasladar el Punk hacia una vereda más potente, furiosa y cercana a la de sus antepasados. Thicker Than Water se había transformado en un clásico, pero el que le siguió, bajo la tutela de Brett Gurewitz, les hizo merecedores de un lugar en el olimpo del Punk más melódico.
Millencolin – Pennybridge Pioneers (2000)
Desde Suecia llegaron los nuevos aires que exploraría Epitaph en los 2000’s, con un grupo dispuesto a trabajar bastante la composición de sus canciones. Millencolin estrenaba su obra magna Pennybridges Pioneers, con una formula más madura, dejando de lado sus raíces más Ska en pos de algo mucho más diverso y que encantó a toda una nueva generación hambrienta de nuevos grupos. Quizás los conocimos con No Cigar pero este álbum, que cuenta con el hombre de Bad Religion en producción, trae todo tipo de joyas y alternativas al a veces, estancado sonido del Punk.
Rancid – Rancid (2000)
Según muchos fanáticos, y luego de haber virado hacia una dirección algo más mainstream, Rancid 2000 es el mejor puto álbum de Tim Armstrong y compañía. Rabioso, duro, agitado, toda una vuelta a las raíces más inmediatas pero con una experiencia extra que le daría un nuevo poder a las canciones. La colaboración entre Brett y Rancid es casi perpetua pero en este álbum, dejaría un legado todavía difícil de superar.
Voodoo Glow Skulls – Symbolic (2000)
El Ska Punk desenfrenado tuvo su lugar en Epitaph gracias a los chicos de Voodoo Glow Skulls, quienes en el año 2000 comenzaron a despedirse del sello sin antes dejar este Symbolic, un disco bastante movido que captura la mejor versión de la banda. Puede que el trabajo de Brett en producción le haya dado todavía más astucia a la manera en que presentan sus canciones, generando un campo diverso de sonidos y ritmos como nunca antes los habíamos visto.
Rancid – Indestructible (2003)
Terminamos con Indestructible, el que quizás sea el álbum por excelencia de Punk rompe corazones de la década. Luego del quiebre entre Brody Dalle (The Distillers) y Tim Armstrong, este último compuso varias canciones de carácter más personal, que encontraron su lugar en este disco más melancólico, emotivo y melódico. Brett Gurewitz fue parte fundamental de este sonido más alternativo si se puede decir, pero obviamente aquí los premios se los lleva el bueno de Tim.