Volvemos a Producing… sección que en su anterior entrega nos trajo al dúo The Neptunes (Chad Hugo y Pharrell Williams) y sus mejores canciones producidas a otros artistas, y en esta ocasión intentando dar un enfoque nuevo, es que hemos revisado la corta pero fundamental producción que ha realizado uno de los músicos más influyentes de los últimos 50 años. Hablamos de David Bowie, artista que más allá de habernos dejado una discografía grandiosa, nos maravilló desde la vereda de la producción para viejos amigos suyos. Si bien esta faceta no es muy comentada dentro de los tantos artículos que aparecen al año sobre el Duque Blanco, vale la pena recordarla pues su selecta visión sobre lo musical, ayudó a ciertos nombres a que se hicieran todavía más grandes. A continuación cinco discos producidos por Bowie para otros artistas.
Iggy Pop – Lust For Life
El segundo trabajo en solitario de Iggy Pop significó merecidamente su mayor éxito comercial. Y es que al analizar el listado de canciones, nos encontramos con himnos de la talla de The Passenger y Lust For Life, pero más allá aparecen otras tanto o más destacables como Success o Sixteen. La producción vino a cargo de Bewlay Bros., un seudónimo del mismo Iggy junto a Colin Thurston y el mismísimo Bowie, el cual aportó no solamente desde esa vereda, si no que también tocando en incluso componiendo canciones como la que da nombre al álbum.
Mott the Hoples – All The Young Dudes
David Bowie le dió ese toque Glam Rock que comenzaba a exponer tanto en sus canciones, como en su estética a unos Mott The Hoples ligados fuertemente al Rock más duro de la época. ¿El resultado? All The Young Dudes, todo un himno de aquel año, siendo además de una canción que calzaba perfectamente con el sentir de la juventud Británica, un disco sustancialmente armado al filo de la rabia y el romanticismo de la época. Bowie ayudaría definir el concepto siendo un productor influyente para la banda.
The Stooges – Raw Power
La locura y crudeza de The Stooges fue llevada nuevamente al máximo en este tercer trabajo de estudio titulado acertadamente Raw Power. Aunque el aspecto duro y callejero no solo se reflejó en lo musical, pues las letras abordaban temas cruciales de lo que se conocería años más tarde como Punk. Si bien David Bowie estuvo a cargo de la producción junto a Iggy, su labor fue más bien llevar a los límites a este y compañía, dejándolo todo en un disco tan fundamental como gratificante para ambas partes.
Iggy Pop – The Idiot
El debut en solitario de Iggy Pop significó no solo un cambio en el sonido de lo que venía haciendo junto a The Stooges, si no que también en la atmósfera. Mucho más oscuro y pausado, el cual respira a cada momento una sacudida entre depresiva y drogadicta. Concebido en un alto momento creativo, tanto para Iggy como para Bowie, los cuales ya se encontraban radicados en Berlín. Más allá de la oscura anécdota de que Ian Curtis se suicidaría escuchando el álbum, quedó un puñado de grandes canciones que se transformarían en clásicos como Nightclubbing o la reinvención de China Girl por parte de David en su etapa más Pop.
Lou Reed – Transformer
Lou Reed logró despegar de la resaca que significaría The Velvet Underground para su carrera, luego de que David Bowie acudiera al llamado para producir Transformer, desde un aspecto profesional y como fanático de Lou. Junto a Mick Ronson, brazo derecho de Bowie en la etapa de Ziggy Stardust, abordarían el imaginario de Reed a través de una nueva concepción ligada profundamente al Glam Rock imperante. Más allá del aporte nato del músico Neoyorquino al concebir seminales canciones como Perfect Day y Walk On the Wild Side, la labor del dúo fue importantisima. Todavía quedan ecos de los maravillosos coros de Bowie en la que quizás sea la mejor canción del disco, Satellite of Love.
Felipe León