Dentro del patrimonio musical de la música popular de los últimos cincuenta años, existen ciertos trabajos que merecen su reconocimiento, por ser artífices innegables de un salto en popularidad para ciertas bandas, como por trascender bajo un halo de creatividad difícilmente de igualar. Una racha que vislumbra el carácter compenetrado en lo artístico, con la fortaleza de cambiar su entorno para siempre. Desde Japón diversos grupos se hicieron acreedores de importancia en los noventa, aunque ninguno como L’Arc~En~Ciel, quienes en 1996 lanzarían su disco más importante hasta esa fecha: True.
La gran importancia de un álbum como True, más allá de haber sido hasta ese momento el trabajo más vendido del grupo en Japón, radica en la variedad de sonidos finamente seleccionados en concordancia con el sello que L’Arc traía ya consigo. Una potente muestra de un Romanticismo que facilmente se podía reproducir en las radios, siendo además un material de una calidad tremenda. Un salto que por donde se le mire, obtuvo beneficios más que satisfactorios.
Si bien la artes Japonesas se han destacado por su sensibilidad única y hermoso detallismo, lo que L’Arc logró aquí superó todos los pronósticos. Los detalles incrustados en cada rincón del álbum, desde pianos hasta violines, adornan las armónicas sesiones que protagoniza la guitarra de ken, a la vez que hyde luce su característica voz, viajando por todos los horizontes que True nos brinda. Por su lado la sección rítmica del baterista sakura (quien se marcharía en plena promoción del disco) abraza cada latido inquieto de ese motor creativo de sonidos bajos llamado tetsu.
Como mencionamos anteriormente, la variedad de sonidos que aborda True, se enlaza perfectamente con el plano general de una obra rica en texturas y momentos. La radial Kaze ni Kienaide, suma puntos junto a la frescura de Lies and Truth, mientras que por otro lado the Fourth Avenue Cafe nos atrapa como una canción evocadora, conjugando todo tipo de emotivas memorias. La guinda de la torta la pone esa pieza ensamblada bajo el cuidadoso sonido de la armónica llamada Flower, la cual nos muestra una cara más agradable en comparación de la más melancólica Fare Well, un lamento seleccionado como apertura de True.
Situando a True dentro del panorama completo de la banda Nipona, damos cuenta del enorme potencial que L’Arc debía alguna vez explotar. Lo haría con este álbum, aunque dejaría restos de un sonido futurista en manos de Careless of Venus, canción que anticiparia los próximos pasos que daría el grupo. Esa es la constante de una agrupación empeñada en cambiar las cosas, su propio entorno y así, dejar un legado tan grande, como el poder de sus canciones.