Atreverse a disparar frente un espejo de catastróficas revelaciones corto punzante, y engendrar un abismo de caos encriptado en si mismo, no es una tarea menor. En un intento por despertar los sentidos, los artistas suelen contraer matrimonio con las inquietudes y así dar paso, a un resultado creativo único, tan dispuesto a asesinar, como a comerse a sí mismo. Cuando ya creíamos conocer a Fever Ray, en una espera no menor de 8 años, nos encontramos frente a una completa desconocida, dando a luz a uno de sus hijos más políticamente incorrectos. Hoy nos toca lidiar con Plunge.
Bajo la mirada atenta del mundo, aparece este segundo trabajo de la mitad de The Knife, abultado por un equipaje silencioso desde la salida del último trabajo de la ya mencionada banda. Los elementos con los que Karin realiza está cirugía quirúrgica de absorbentes contrastes sintéticos, parecen ser de carácter ambiguo y poco equilibrado, dando como resultado un excitante y anarquico compilado de canciones mutiladas entre sí.
De extremos unilaterales a dimensiones desconocidas, pasamos por un ambiente industrial en An Itch a lo atmosférico en Mustn’t Hurry, dotando de un Pop amigable con Mama’s Hand, y a la vez germinando una nociva declaración de guerra en Wanna Sip. Las aristas tan diversas, emergen en base a una pulsación inconsciente que a ratos, nos advierte la influencia de un The Knife más implosivo, sin los colorantes típicos del lado más comercial (si así se le puede llamar) que la banda alguna vez profeso.
Plunge es un álbum que a todas luces, pretende apoyarse por el constante bombardeo de videos y visuales, lanzados diariamente por la Sueca. Si To the Moon and Back fue la puerta de entrada a todo este nuevo universo, las salidas parecen cada vez más lejanas, pues los videos hacen que los temas del disco cobren nueva vida, siendo ambas partes, necesarias para la comprensión plena de la obra. Por otro lado, el aspecto lírico insinúa una faceta más política, en contraposición al desarrollo personal que Fever Ray contemplo en su debut.
Puede que Plunge sea un antagonista del Fever Ray de 2009, o una apuesta propia. Lo cierto es que maravilla y clama por una transgresión sonora que pedíamos a gritos hace mucho. Es crudo y radial en ciertos momentos, cálido hasta el punto de llegar a quemar. Un quiebre que suma al cancionero habitual de la Escandinava, canciones como Plunge, IDK About You, o las ya mencionadas To The Moon and Back y Wanna Sip. Es todo lo que esperábamos de Fever Ray. Algo desconcertante que resulto ser químico y ardiente.
Felipe León