1987 fue un año de contrastes en la escena musical mundial. Mientras el Rap comenzaba a asomarse como un género a tomar en cuenta, el Indie consagraba sus cartas bajo el alero de grandes sellos. Hubieron consagraciones y caídas, algunos debut que pasaron a la historia, otros trabajos que tomaron el panorama político y lo elevaron por los aires, bajo metáforas incendiarias y un tanto activas. A 30 años desde la salida de clásicos como Faith, Bad, Kick, o Hysteria, echamos a andar la maquinaria para analizar los discos que se quedaron en el imaginario colectivo de la gente. Trabajos que hicieron historia, crearon escuela y sirvieron para hacer más ameno, nuestro fugaz paso por la vida.
Los grandes triunfadores
Si vamos a referirnos a los sucesos musicales del año 1987, no podemos dejar de mencionar aquellos discos que sí o sí, dejaron una huella en la música popular. Trabajos que consagraron propuestas y batieron todo tipo de records. Dentro de los álbumes que se transformaron en clásicos inmediatos, podemos encontrar el debut de George Michael como solista titulado Faith. Una honesta y directa camada de canciones que retrataban aspectos tan fuertes como la sexualidad, los traumas personales y la religión, desde géneros como Soul y R&B, pasando por una estética Pop revitalizante. De esos Lp repletos de singles radiales e himnos de estadio. Otro que auguraba una exitosa carrera como solista era Sting, quién junto a su Englishman In New York, llevaron a su Nothing Like The Sun, a lo más alto de la década.
Pasando al lado más B de la música Británica, aparecen dos nombres que consagraron la masividad y el éxito artístico por partes iguales. Depeche Mode con su sonido más reconocible en Music For The Masses, una declaración de principio que abandonaba los toques oscuros de su predecesor, para abordar una paleta más comercial pero igual de atractiva. Mientras que el dúo Pet Shop Boys logró subir a la cima con Actually, una verdadera obra de Pop atemporal, que exorcizó los fantasmas de un Reino Unido enclaustrado en el conservadurismo, bajo canciones controversiales como It’s A Sin. Otro que logró colarse finalmente en el tren del éxito masivo fue la banda Australiana INXS, que con Kick, refrendo la vitalidad de una música de características viriles y radiales, con un sonido único y un frontman como Michael Hutchence que sacaba suspiros.
Los grandes del Pop también tuvieron la dificil misión de seguir innovando bajo discos, que representaron todo un reto para ellos mismos. Michael Jackson por un lado tuvo la difícil labor de lanzar el sucesor del exitoso Thriller, siendo Bad un trabajo más callejero que se contraponía al imaginario más fantasioso de su antecesor. Por otro lado Prince se alzaría con una verdadera obra de arte (quizás su mejor disco) llamada Sign o’ the Times, el cual dejaría en claro todo el talento que poseía Prince, a la hora de componer bajo todo tipo de géneros e historias.
Finalmente las guitarras tuvieron su momento de gloria nuevamente con dos álbumes que desenfundaron, el lado más salvaje y conceptual del Rock respectivamente. Hablamos de Guns and Roses y U2. Los primeros agitaron las aguas del Hard Rock con Appetite For Destruction, devolviendo el buen gusto por las canciones que se había perdido bajo esa ola de Glam ochentera. Los Irlandeses por su parte hicieron gala del lugar que se habían ganado luego del Live Aid y lanzaron The Joshua Three, un disco profundamente armonizado bajo consignas políticas, bélicas y sociales, y un The Edge en su máximo esplendor.
Los últimos suspiros del New Wave
A estas alturas el New Wave y el Post-Punk comenzaron a decir adiós, dando paso a una nueva explanada de un Rock más alternativo. Aún así bandas como The Cure seguían en alza, siendo Kiss me, Kiss me, Kiss me uno de los lanzamientos más destacados del año, en gran parte por bombazos como Just Like Heaven o Why Can’t I Be You. Unos que se fueron en la cima de su creatividad fueron The Smiths, banda comandada por Morrissey y Johnny Marr, quienes se despedirían con Strangeways, Here We Come, un disco que fue sepultado por la ruptura del cuarteto y que afortunadamente, el tiempo se ha encargado de ponerlo en el lugar que merece.
Los proyectos ligados más al Dance y el Synth-Pop también se hicieron presentes como es el caso de Eurythmics con Savage, Wow! de Bananarama o The Circus de Erasure, el cual trajo nuevamente al ruedo al gran Vince Clarke. Mientras que si nos vamos al lado más oscuro de las cosas, podemos ver excelentes muestras musicales bajo el alero de grupos como The Sister of Mercy y su Floodland, el Public Image Ltd de John Lydon con Happy? y Echo and the Bunnymen con su trabajo homónimo.
POP!
Si bien el gran hito del pop nuevamente lo trajo Michael Jackson con Bad, hubieron otros trabajos que se destacaron enormemente tales como el ya mencionado Faith de George Michael, el debut de Rick Astley con Whenever You Need Somebody (el cual incluye hits de la talla de Never Gonna Give You Up y Together Forever), el segundo de Simply Red llamado Men and Women, el debut en solitario de Boy George con Sold o el regreso rockero de Cher con su homónimo, cada uno aportando con diversas temáticas sonoras, al abultado y movedizo panorama musical que se tejía por aquel entonces.
Los viejos conocidos
Muchas de las bandas de Rock Clásico vivían momentos de reflexión y transición. Si bien estaban aquellas que seguían experimentado con diversos resultados, habían otras que buscaban su lugar en el mundo. Pues no es fácil mantenerse después de tantos años, sabiendo de ante mano lo difícil que puede resultar en cuanto a relaciones personales, llevar una vida dedicada a una banda. Uno que la tuvo dificil fue Bruce Springsteen, quien lanzó el introspectivo y delicado Tunnel of Love, sucesor de ese monstruo de 1984 titulado Born in the U.S.A. Si bien la dirección musical del músico, viró hacia un rumbo más reflexivo y melancólico, este álbum, que se puede entender como el primer disco realmente solista de Springsteen, logró hacerse un lugar en las masas. Otros que también abrazaron el éxito fueron Fleetwod Mac, quienes ocuparon nuevamente ese método de trabajo basado en los problemas personales, para dar impulso a Tango In the Night, un álbum que trae de vuelta los mejores pasajes del Soft Rock con tintes más ligados al Pop Rock del momento.
La transición característica que tuvieron las bandas clásicas de los 60’s y 70’s en la década de los 80, trajo consigo resultados dispares. Por un lado estaba Pink Floyd, quienes decidieron seguir bajo el alero de David Gilmour luego del alejamiento de Roger Waters, lanzando A Momentary Lapse of Reason, logrando un compendio de canciones modernas que funcionaban muy bien en directo, mientras que Tom Petty y Sus Heartbreakers dedicaban tiempo a curar sus propias interrogantes con Let Me Up. Quizás la gran caída la tuvo Bowie, quien siguió sin muchos ánimos y ambiciones la senda más Pop de estadios instalada en Let’s Dance, entregando el bajisimo Never Let Me Down, un disco que haría tocar fondo al duque blanco.
Otros exponentes que tuvieron cierta revancha, en medio de sus propias explanadas musicales, fueron Rush con Hold Your Fire, disco que seguía la faceta más sintética de la banda, eso sí recuperando el aporte de Alex Lifeson en las guitarras y concibiendo un nuevo clásico como Time Stand Still y George Harrison, el Beatle silencioso alzaría la voz en Cloud Nine. Este último traía el hit Got My Mind Set On You, además de otros temas más característicos de George como This Is Love, siendo la colaboración con Jeff Lynne de ELO, el puntal para lo que más tarde sería el supergrupo Traveling Wilburys.
Los nuevos sonidos del Indie Norteamericano
Si bien el panorama musical aun bebía de sonoridades sintetizadas y Hard Rock de estadio, la propuesta comenzaba a diversificarse y los sonidos que dominarían posteriormente el globo, se asomaban bajo sendos discos de culto. Grupos como R.E.M. y Hüsker Dü le mostrarían al mundo, que la música alternativa e independiente, podía gozar el éxito y el mainstream. Document y Warehouse: Songs and Stories respectivamente se alzarían como nuevos referentes de toda una generación aburrida de las pomposidades estéticas, y hambrienta de nuevos referentes. Si bien R.E.M. no haría más que despegar, distinta suerte corrió Hüsker Dü, siendo este, su último álbum.
La escuela más extrema del denominado Indie traía consigo a Sonic Youth, grupo deliberadamente experimental, con una base Noise que le daría un nuevo impulso a su carrera y a la música con el coqueteo más Pop que nos ofrecía Sister. Persistían las guitarras distorsionadas, aunque las melodías se hicieron más accesibles, si así se le puede llamar. Dinosaur Jr. también dejaría su legado aquel año con la publicación de You’re Living All Over Me, un disco que ponía en contexto, el tipo de sonido más alternativo que años después estallaría en los años 90. Otros que nos entregaron una advertencia fueron los Pixies, liderados por Black Francis lanzarían Come on Pilgrim. Un sonido amigable y esquizofrénico que alcanzaría la gloria un año después con el primer LP de la banda de Boston.
Tres de los nombres más relevantes de la posterior década daban sus pasos aquel año, siendo Red Hot Chilli Peppers, una banda todavía luchando contra sus propios demonios y la constante rotación de miembros. The Uplif Mofo Party sería algo así como el primer real éxito artístico del grupo, a la vez que unos extravagantes Jane’s Addiction lanzarían un trabajo homónimo que se haría con una fanaticada fiel rápidamente. Finalmente Faith No More, establecería las bases de lo que sería su propio concepto de banda con Introduce Yourself, un trabajo fresco y repleto de diversos géneros, comandada por una visión aumentada de la música y las temáticas, la cual se potenciaría con el posterior ingreso de Mike Patton.
Nuevos aires Británicos
A portas de lo que se conocería como el segundo verano del amor, las latitudes que cubrían al Reino Unido seguían transformando el panorama más Indie. Mientras en Escocia The Jesus and Mary Chain daba un vuelco a su sonido sucio en pos de algo más melódico y limpio con Darklands, y un desertor de estos comenzaba su propio proyecto titulado Primal Scream debutando con Sonic Flower Groove, otros nombres trascendentales jugaban a cambiar sus propios entornos. Spaceman 3 lanzaba The Perfect Prescription ampliando el campo de lo que conoceríamos como Shoegazing, The Wedding Present hacia eco de un ídolo deportivo popular y local como George Best, lanzando un trabajo que llevaría su nombre. Por último el debut de Happy Mondays, Squirrel and G-Man… daba indicios de que algo se cocinaba en clubes nocturnos como la Factory. Nacía la escena de Madchester.
La revolución del Rap
El Hip-Hop gozaba de gran popularidad y nombres como Run DMC y los Beastie Boys lo habían llevado todavía más lejos. Pero ese 1987 fue un testigo clave de una revolución a gran escala. Mientras discos clásicos del Rap más popular como Bigger and Deffer de LL Cool J y Move Somethin’ de 2 Live Crew cosechaban popularidad, se comenzaba a gestar un ambiente mucho más político que explotaría bajo canciones como Public Enemy N 1.
Yo! Bum Rush the Show de Public Enemy hacía eco de la cruda realidad que vivían los Afroamericanos en los barrios bajos de New York y el resto de USA, siendo un disco trascendental y rupturista, tanto en la lírica como el los Beat más duros y directos. No podemos dejar de mencionar el Paid in Full de Eric B. & Rakim, bajo ataques y juramentos de tinte político. Las excelente producción de Eric B. Y el talento nato de Rakim al micrófono, hizo de este dúo uno de los nombres más importantes aparecidos en esa década.
Si hablamos de un lado todavía más duro y violento, debemos hacer mención el enorme impacto que tendría en años posteriores el Gangsta Rap. Entre los exponentes más reconocidos está Ice-T quien publicaría el gran Rhyme Pays. Por otro lado unos jóvenes N.W.A con Eazy-E a la cabeza acaraban una temprana atención con N.W.A. and the Posse, el cual incluía la canción Boyz N’ the Hood. Por su parte Boogie Down Productions lanzaba su Criminal Minded, dejando en claro que el Rap de la costa este estaba más vivo que nunca.
La transición del Punk
A 10 años del estallido masivo del Punk, las cosas se habían diversificado de tal manera, que la ramificación del género expuso todo tipo de nuevos nombres. Desde la escuela de Minor Threat surgió Embrace, transición de Ian MacKaye hacia Fugazi, con un disco mucho más melódico y abierto a líricas más personales. Rites of Spring liderada por Guy Picciotto, quién después formaría Fugazi junto a Ian, lanzaría su Ep final All Through A Life con el que sellarían su legado entre el Hardcore y lo que conoceríamos posteriormente como Emo.
Tras los pasos de grupos Punk más radicales y abiertos a la experimentación, encontramos grupos como Butthole Surfers con su Locust Abortion Technician o Big Black, integrada por Steve Albini -nombre clave en la producción de la década siguiente- lanzando su Songs About Fucking. Mientras la nueva sangre fluía, grupos como Dead Kennedys y Black Flag decían adiós a sus etapas clásicas con recopilatorios, por su parte unos sobrevivientes The Ramones continuaban su carrera con Halfway To Sanity.
Si bien el Punk español aún se caracterizaba por su carácter local, uno de sus exponentes más importantes levantaba un monumento político y contracultural. Hablamos de La Polla Records y su legendario No Somos Nada, con una portada que se duplicaría en cada polera y poleron de devotos Punk, casi como un símbolo de batalla. Si bien las ácidas críticas caían incluso en los mismos Punks, se ganó el cariño y atención de estos.
La diversificación del Metal
Luego de un 1986 colmado de popularidad para el género, las cosas comenzaron a tomar un rumbo diverso. El Heavy Metal trajo consigo un clásico como Fighting the World de Manowar y la siempre agradable visión de Dio con Dream Evil. Junto a estos, el Thrash en USA nos entregó trabajos claves siendo Among The Living de Anthrax uno de los más trascendentales en la década. Sumemos a unos debutantes Death Angel con The Ultra-Violence, Overkill en el inagotable Taking Over y Testament con ese mazazo llamado The Legacy. Como si fuera poco, los más veteranos Venom explotaban sus últimos vestigios de calidad con Calm Before the Storm, a la vez que Exodus replicaba el terror con Pleasures of the Flesh.
Alemania vivía su propia época de cambios, aportando crudeza y velocidad desde obras transitorias como Terrible Certainty de Kreator y Persecution Mania de Sodom. Por el lado más oscuro Bathory remecía los límites con Under The Sign of the Black, Death ponía la piedra definitiva del Death Metal con Scream Bloody Gore y Napalm Death llevaba al extremo la música con aquella declaración de principios titulada Scum. El Metal y Hardcore se daban la mano definitiva con el Crossover de Suicidal Tendecies y su Join the Army.
Hard Rock y pirotecnia
Mientras el Metal vivía su propia expansión, el Rock más duro se auto glorifica bajo un nuevo impulso musical liderado grupos de la vieja guardia como Aerosmith con Permanent Vacation y Kiss con Crazy Nights, ambos ampliamente valorados por sus fanaticada. La diversificación vino por parte de grupos como The Cult – más cercanos a la cultura gótica en sus inicios- y Midnight Oil, lanzando Electric y Diesel and Dust respectivamente.
Por su parte las bandas cercanas al Heavy Metal, desde corrientes como el Glam y NWOBFH, canalizaron su popularidad entre potencia y baladas, siendo Hysteria de Def Leppard, Girls Girls Girls de Motley Crüe y el homónimo de Whitesnake, super ventas alrededor del globo. Este fenómeno atestiguaba la gran popularidad que tenia el género por aquellos años .
El frío misterio de Chile
Dadas las complicadas condiciones en Chile, debido a la fuerte censura imperante por parte de la dictadura militar, la música nacional debió sortear todo tipo de estrategias, para darse a conocer en el medio. Dos nombres destacados, que ya habían hecho su debut un año antes, daban sus últimas grandes punzadas musicales de la década. Por una parte Electrodomésticos aumentaban su gama de variedad sonora y experimental con el ya clásico Carrera de éxitos, disco que contenía la canción El frío misterio, mientras Aparato Raro, sin dos de sus miembros originales, entregaban el Blanco & Negro. Los Prisioneros siguieron aumentando su legado con La cultura de la basura, un álbum que retrataba de manera mucho más directa, la vida en dictadura, siendo en si mismo, una crítica pura.
También hubieron algunos debut como es el caso del grupo Emociones clandestinas, quienes con su Abajo en la costanera, llevaron la música New Wave criolla, una escala más arriba, en especial por el éxito que significó Un nuevo baile. La banda Nadie también se hizo acreedor del gran momento creativo que vivía la música nacional, siendo su trabajo Ausencia, una explanada de Pop-Rock directo al éxito radial. Por último el mundo subterráneo, nos ponía al tanto delo que ocurría con todo tipo de Demos que pasarían a ser parte fundamental, del nacimiento de movimientos como el Punk y Metal. Está el Kingdom of Hate de Necrosis, Guerra de criaturas de Dorso, Matarratas de Fiskales Ad-Hok o los Demos I y II de Pentagram.
Desde el otro lado de la cordillera
Cruzando a Argentina, cuna de la que es quizás, la mejor exposición de Rock latinoamericano, nos encontramos con trabajos fundamentales para el país hermano, como para la música latina en general. Charly García nos entregaba otro clásico de la década con Parte de la religión, mientras que Fito Páez nos entregaba su oscura visión de la vida en Ciudad de pobres corazones. Otro destacado que se llevó gran atención ese año, fue Superficies de placer de Virus.
El lado más salvaje del panorama, atraía todo tipo de bandas que emergían como respuestas inmediatas a las tendencias extranjeras, siendo el caso más emblemático de un cruce de géneros, el de Sumo. Su último trabajo After Chabón, trajo consigo la agonía y el ectasias de su vocalista Luca Prodan, el cual fallecería ese mismo año. Andrés Calamaro también se hizo de un nombre como productor, siendo ese año parte de la producción de dos estandartes de la década. Primero con el debut homónimo de Don Cornelio y la Zona y luego con Yo Te Avisé de unos jóvenes Fabulosos Cadillacs.
Felipe León