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Sobre provocaciones y fe

El mundo de la música vivía un apogeo interesante para el año 1987, cuando el esperado debut en solitario de un artista subvalorado hacia su irrupción. Es cierto que ya gozaba del éxito que Wham y Careless Whisper le había otorgado pero George Michael no venia a este mundo a ofrecernos una versión acomodada de la fórmula hit y con más corazón que nunca, despacho su monumental vozarrón en Faith.
Renegando las modas baratas, el Británico tomó un puñado de influencias de mitad de siglo (especialmente de raíz negra) para jugar a ser autor de verdaderas declaraciones de principios sobre temas como la espiritualidad y el sexo. La atemporalidad se vistió de tendencia y el iconico video de Faith, con esos Jeans, chaqueta de cuero, guitarra en mano y vello facial cuidadosamente descuidado, hicieron de los años 80, el lugar indicado para recuperar la rebeldía. Inmediatamente escaló al número 1 y los ojos del mundo se posaron en un hombre decidido a mostrar las heridas más profundas de su existencia.
El catalogo repartía vitalidad a través de canciones atrevidas y con una profunda carga emocional. Father Figure se posó como irrupción sexual que hizo eco de un tema siempre tan polémico como lo es el sexo. Compartiendo créditos aparece I Want your sex, mientras que One more try acudía a una descarnada interpretación que resume de mejor manera la esencia sensible de Faith. Producción mas bien sencilla y hasta minimalista, con tintes de un R&B más clásico, para acompañar la voz de un George Michael decidido a darlo todo.
La importancia de un álbum como Faith radica principalmente en la profunda excitación emocional que provocan sus composiciones . Es de esos discos que puedes escuchar todas las canciones, siendo una cuota perfectamente preparada y equilibrada de radicalidad pop. Ahí otras apologias en su catálogo resaltan como Kissing a fool, Hard Day o Monkey.
A menos de un año de su partida, Faith sigue sonando tan eterno como en sus comienzos. Su desnudez vocal y compositiva tomaría aires mucho más maduros en su excelente posterior trabajo, lo que hace de este disco, una joya atemporal que vale la pena reproducir una y otra vez.

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