Artículo

Royal Blood: Una promesa y una declaración

 

A propósito de los dichos que se han hecho eco en redes sociales últimamente, sobre que el rock está muerto, o que está cerca de su fin –Gene Simmons por ejemplo– nos muestra un panorama bastante complejo, pues en efecto, el negocio de la música ha cambiado, las plataformas de streaming han dejado atrás al formato físico siendo el vinilo el único que es rentable; la música mainstream como el EDM han tomado las riendas del negocio desplazando al rock en las ventas; las muertes de grandes figuras como Lemmy Kilmister, David Bowie, Glenn Frey, Ronnie James Dio, y Chris Cornell –que aún es imposible de creer para algunos– han diezmado el panorama para el rock.

Ante este fenómeno han aparecido agrupaciones y artistas que nos hacen recobrar la esperanza, que nos permitan creer que Pearl Jam, Queens Of The Stone Age y Foo Fighters no sea lo último que el rock tiene por brindarnos, que lo que hizo The Strokes y Arctic Monkeys en su momento no sea el último grito que las guitarras y las baterías marcadas hayan hecho, que Radiohead no sea la única banda rompiendo esquemas. Ante ese escenario, Royal Blood se alza como una agrupación que nos promete un buen futuro.

royalbloodEste dúo inglés, oriundo de Brighton, suena como una verdadera banda de cuatro o cinco integrantes, con un sonido aplastante característico del hard rock, con variaciones garage e incluso stoner. Sí, tan sólo bastan dos sujetos para hacer saltar y vibrar al público, y lo mejor no es sólo eso. La gran característica de Royal Blood es que no tiene guitarras, tan sólo una batería demoledora y un bajo que nos brinda grandes riffs como si de los ’80 se tratase. Sin duda el formato que bandas como The White Stripes han adoptado, es llamativo de por sí solo, pero al combinarlo con un sonido que nos recuerdan a bandas como Muse –como en el caso de Figure It Out, de su primer ábum– en verdad nos obliga a cuestionarnos ¿cómo mier*a pueden hacerlo? Y eso es lo que encanta de Royal Blood, eso es justamente lo que el rock pide, lo que la música necesita, bandas que se atrevan, que experimenten y mantengan un núcleo claro, una base sólida como esencia.

Por otro lado, otro plus es que se trata de una banda donde lo primordial no es el virtuosismo, sino que la sección rítmica. La compenetración y coordinación que existe entre Mike Kerr –bajo y voz– y Ben Thatcher –baterías– es de envidiar, o sea, estamos hablando de tan sólo voz, bajo y batería, nada más (ciertamente, hay uno que otro arreglo en piano o guitarra, pero en eso se queda, en arreglos, un extra). Además, el carisma de Mike y su potente voz hacen de Royal Blood una verdadera combinación ganadora.

Es una banda que todos deberían escuchar, con sus dos álbumes, “Royal Blood” (2014) y “How Did We Get So Dark?” (2017) presentan ya un catálogo con bastantes éxitos, como “Lights Out”, “Out Of The Black”, “Ten Tonne Skeleton” o “Hook, Line & Sinker”, que nos declaran firmemente que el rock sigue más vivo que nunca, y nosotros lo sabemos. Sólo tenemos que imaginar una banda con un tremendo respeto y fanatismo por Black Sabbath, mezclando lo mejor de Queens of The Stone Age, con tan sólo –y enfatizo– dos sujetos sobre un escenario. Jamás nos faltará rock, y lo agradecemos.

 

Jota.

 

También puede gustarte...