Cine

Gladiador 2: “Lo que hacemos en vida, resuena en la eternidad”

Escrito por Tomás Pérez

 

24 años después de su primera entrega, Ridley Scott vuelve a los ruedos con “Gladiador 2”, una secuela directa que se ubica 16 años después del final de la primera entrega. Con una estructura casi calcada a su predecesora, esta obra opta por alejarse de esa dramaturgia Shakesperiana que caracteriza la primera, y acercarse más al bando de una epopeya, cargada de acción y epicidad.

 

Una historia clara y entretenida … pero no nueva

Gladiador 2 sigue la historia de Lucio. El niño que fue testigo del sacrificio de Máximo, este se vio obligado a huir de Roma y alejarse de su madre. 16 años después de este suceso, Lucio es un hombre casado, que vive en el antiguo reino africano de Numidia. Cuando el general Marcus Acacius llega con sus tropas para conquistar Numidia en nombre de los emperadores Geta y Caracalla. Como consecuencia  de esto, Lucio es conquistado, momento donde pierde a su esposa y su hogar; ahora, convertido en esclavo, vuelve a Roma y lucha por su vida en el Coliseo con el objetivo de vengar sus pérdidas.

Con esta premisa clara, la película se encarga de desarrollar 2 tramas en específico, la vuelta de Lucio a Roma -donde no saben que es Lucio-, y su intento por cobrar venganza frente a la muerte de su esposa. Bajo estos argumentos cabe decir que Paul Mescal no flaquea a la hora de llenar los zapatos de Russel Crowe, y es que las comparaciones son innegables, si bien ambos personajes están escritos casi calcadamente, la actuación del protagonista de Aftersun (2022), no tiene nada que envidiar al desempeño de su predecesor.

La película cumple con el propósito de entretener, presenta una mesurada violencia pero que no teme llegar al extremo cuando así lo siente necesario, además de que sus dos horas y media de duración se pasan volando gracias a las diferentes sub-tramas que se van desarrollando a lo largo de esta. El filme encuentra el tiempo para hacer varias sátiras a la política actual, y es que con este metalenguaje la película parece realizar una sólida crítica -claro está que en forma superficial y pincelada- a cómo funciona la política por detrás.

 

No todo puede ser perfecto

Si bien es importante reconocer las virtudes, es sumamente necesario reconocer los errores, o al menos en donde la película quedó al debe. Y es que, es imposible negar el impacto directo de la banda sonora de la primera entrega, donde Hans Zimmer, hizo de la música un personaje más a lo largo de la historia. En esta ocasión puede que el apartado sonoro sea una de las grandes bajas al momento de hablar en general. Ya que en ocasiones, ciertas escenas se sienten carentes de alma o quedando al debe al momento de causar sensaciones más allá.

Fuera de las polémicas históricas y temporales que rondan en internet acerca de la película, la inclusión de ciertos animales en momentos específicos desentonan, no por su acierto histórico, sino, por su mala calidad de CGI, algo que si quita un poco de esa sensación orgánica en la película y especialmente en las escenas de batalla. 

 

Reparto de primer nivel

Dentro de los puntos altos de la película, destaca por su elevado reparto y la calidad de sus actuaciones. En esta ocasión, Paul Mescal (Lucio) y Denzel Washington ( Macrinus ) son quienes se roban las miradas durante las dos horas y treinta minutos de película. Con una cátedra sobre actuación y carisma, y una constante interacción entre sus personajes, estamos seguros que este dúo se llevará unas cuantas nominaciones en la próxima época de premios.

Por otro lado, Pedro Pascal ( Acacius) cumple con su talento, si bien no resalta, entrega una convincente actuación junto a Connie Nielsen ( Lucila ), única actriz en repetir el plato respecto a la primera entrega. En el caso de Lucila, esta se siente como el único puente entre la historia anterior y esta nueva entrega, por lo que se lleva un gran peso argumental sobre sus hombros.

Puede que los villanos en esta ocasión sean quienes más quedan al debe respecto a actuaciones, pero no nos engañemos, llenar los zapatos de Joaquin Phoenix como Cómodo en la primera entrega, no es una tarea fácil, por lo que, en este caso más que directa responsabilidad de Joseph Quinn y Fred Hechinger como los emperadores Geta y Caracalla respectivamente, creo que la poca profundidad de sus personajes termina obstaculizando las interpretaciones de estos dos actores, entregándoles un limitado campo donde moverse.

 

Un monumento al cine 

“Lo que hacemos en vida, resuena en la eternidad” fueron palabras pronunciadas por Máximo Décimo Meridio, durante “Gladiador” (2000). 24 años después parece que Ridley Scott finalmente entendió el mensaje. Lo realizado por aquel año 2000 roza la perfección en varios aspectos, algo que se ha logrado instalar en un inconsciente colectivo, gracias a grandes premios, pero específica y principalmente a un discurso popular que cataloga aquel trabajo como una obra de arte, y una verdadera odisea visual. Dos décadas y media después, Scott vuelve con una entretenida y fresca -pero no tan necesaria- secuela, llena de secuencias visuales deslumbrantes, una historia ya vista, y un elenco que brilla por sí mismo, sacando todo el provecho en cuanto a acción épica se trata. 

 

Gladiador 2 no necesariamente cumple con ser mejor que su anterior versión, pero si es una secuela digna, que se gana su espacio y se acerca bastante a su predecesora, aunque no tenga el mismo foco al momento de  

www.youtube.com/watch?v=TRw-6cpKrIs

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