Escrito por Felipe León
Foto por Jorge López
Disco de la semana
Helado Infinito nació en La Plata el año 2016, y de ahí para delante las cosas no han hecho más que tomar rumbos excitantes, gracias a trabajos como Canciones dispersas (2017) o El Movimiento del Error (2019), parte de nuestro recuento de mejores discos de ese año. Un tiempo sustancial que les ha llevado a recorrer diversos sitios y vivir significativas experiencias, siendo esta última época aprovechada a concho por el dúo con el fin de retratar los aires viajeros y aventureros que llevan a cuesta, en un nuevo larga duración. Logrando como resultado uno de los discos más curiosos de esta temporada como lo es Cancún Tokyo; de esos que en numerosas ocasiones te dejan diciendo “wow”.
Una fuente inagotable de vivencias mesen el constante movimiento que Helado Infinito profesa en este disco, avanzando a pasos agigantados por distintas temáticas que respiran aires de libertad, al son de un inquieto espíritu errante que hace de su experiencia, el punto de encuentro entre estas valiosas canciones. 10 escalas que fueron el resultado de su “Gira Infinita”, que desde el 2019 les llevó a visitar lugares tan variados como México, Austria, Portugal, o Kosovo. De las personas que conocieron, los momentos que compartieron, los sonidos que escucharon. Todo yace enmarcado en un gran retrato que captura este alto momento creativo, en una obra que más allá de sorprender, comprende muy bien el valor de lo que expresa.
En ese sentido, el dúo condensa de forma rigurosa los tantos detalles sonoros que conviven en este trabajo, utilizados siempre con un motivo detrás, aunque sin renunciar a la intuición como vehículo creativo. Es gracias a esto que Helado Infinito desembarca en distintos territorios, conectando influencias de la música electrónica en la profunda “Viento del Sur” y la bailable “A ver si…”, o la fusión del folk el latin electronic en la hermosa “¿Cuándo tiene sentido?”. Tres canciones que conforman un potente final, equilibrado con otros cortes como “Quiero estar ahí donde algo empieza” con sus sintes marcianos e intrigante voz, o el loop de rítmicas atractivas evidenciado en “Repetir”.
Si bien Helado Infinito no pudo llegar a Tokyo, sí pudieron crear un disco redondo, fresco y entretenido que posee todos los elementos para hacer de la escucha una experiencia vibrante; de esas que transportan a otros lugares y momentos. Un evocador registro que en su afán viajero, trae consigo los recuerdos musicales de una época llena de aprendizajes para el dúo. También de maduración. Su mejor disco.
“Si había alguna duda, después de estar un tiempo atrapados en la casa, en la cabeza, confirmamos que lo nuestro es el movimiento”, asegura Loreta Neira, y continúa: “Este disco representa la búsqueda de nosotros mismos y la aceptación del enigma de quiénes somos. Nos aferramos a los sueños aunque se pinchen, y tal vez especialmente por eso. Intentamos aceptar y abrazar la desprolijidad del amor, del mundo, de nosotros, de todas las personas. Cancún Tokyo se trata de la amistad con uno mismo y con otros. Habla de un viaje interior que siempre está empezando y en el que se hace claro y evidente que necesitamos de otrxs también para crecer y hacer que algo crezca. Estar tan metido en el caparazón en esta época no tiene sentido. Este disco es una declaración: hagamos cosas juntos, juntas, es más lindo el viaje así”.
Escucha Cancún Tokyo
Interpretado por Helado Infinito
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Ovoide
Prensa por Ovoide.
Grabado en Santiago (Chile), Bratislava (Eslovaquia) y Hradište (Eslovaquia), entre enero de 2021 y agosto de 2022, con excepción de la canción «¿Cuándo tiene sentido?», grabada en abril de 2020 en Múnich, Alemania.
Todas las grabaciones estuvieron a cargo de Víctor Borgert.
Letras: Loreta Neira Ocampo
Música: Loreta Neira Ocampo, Víctor Borgert
Arreglos y producción: Víctor Borgert, Alexander Mamaev, Loreta Neira Ocampo
Músicos invitados: Alexander Mamaev, Michal Bacigal, Juan Martínez y Ozancan Şimşek
Mezcla: Víctor Borgert y Emanuel Irarrázabal
Masterización: Emanuel Irarrázabal y Víctor Borgert
Arte de tapa: Ignacio Pello
