Live Review

Camila Moreno en La Cúpula: Imaginación sempiterna

Escrito por Juan Pablo «Jota» Ossandón
Fotos por Martín Obreque Gallegos

 

«Rey» es un disco importante en la carrera de Camila Moreno por distintas razones, ya sea lo que implicó a nivel personal para la artista como por el sinfín de sonidos incorporados a su carrera. El propio sentido social del álbum, en lo que el denominado feminismo cyborg toma absoluta importancia, termina de sellar la importancia de un álbum totalmente exuberante y fascinante. Con ese background toma total sentido esta celebración del primer aniversario de este álbum con un concierto inmersivo en el Teatro La Cúpula en la noche del viernes 7 de octubre, el cual prometía sorpresas de todo tipo.

A eso de las 21:20, las luces de la también llamada Cúpula Multiespacio se apagaron, y el público ferviente de fans de todas las edades hacía notar su emoción por lo que estaba a punto de acontecer. El juego de luces, estratégico como ninguno, hacía notar poco a poco a la banda que acompañaba a la artista, al punto de que, al son de «Rey», aparece Camila Moreno sentada en el icónico trono de la portada del álbum en cuestión. La impronta synthpop y el carácter vivaz de la canción hipnotizaron a un público encantado que, como podremos ver, fue el elemento que completó la experiencia del show. De ahí en adelante todo iba a ser matices, distintos momentos únicos y muchos recuerdos inolvidables.

Si «Villano» cambió la paleta de colores, «Cerca» maniobró desde la espectacularidad con unas luces soberbias y un sonido prácticamente muscular. Ahí, «Es Real» mostró el poder de las voces al unísono de lxs presentes, contando con un carácter casi religioso y que también indagaba en esta idea del erotismo salvaje, concepto importante de «Rey» y que integró las bases del sentido performático en la interpretación de cada canción.

Es importante indagar en uno de los tantos elementos que hicieron de este concierto único y especial, y ese fue la presencia de diversas artistas provenientes de distintos sonidos del circuito nacional, y en esta primera parte de la larga presentación pudimos atestiguar algunas. «Déjame» fue el motivo para que salieran a escena Javiera Parra y Soulfía, denotando un momento especial que unificó tres generaciones distintas de mujeres que han tenido éxito en el rock, el pop y lo urbano, y que además erigía el mensaje claro de unificación y empoderación que brindaba la cantautora. Si bien hubieron algunos problemas de sonido, fueron sorteados con profesionalismo y corregidos a la brevedad.

Otro instante fue cuando Fran Straube, más conocida como Rubio, se hizo presente para hacer de «Hice a Mi Amor Llorar» un dueto, entablando un diálogo emocionalmente intenso que se nutría del contraste interpretativo de ambas cantantes, algo que también sucedería cuando Princesa Alba se incorporó para interpretar el remix de «Detonación», una canción que haría de La Cúpula un verdadero club donde el frenesí juvenil era la tónica, reflejados en la dicha que se podía ver en los rostros de cada músicx y artista que pisaba el escenario.

Moreno hizo un recorrido por toda su carrera, y esta primera parte del concierto nos dio una muestra vívida de su importancia, el que se veía plasmado en el hecho de que la congregación de fans nunca acallaban sus voces. Así fue como «Tu Mamá Te Mató», track fundamental del querido «Mala Madre» (2015)–, elevaba los decibeles considerablemente al seguir estas líneas «Tu mamá te mató, y yo lloraba. Con su piel te incendió. Estás ardiendo…». Era palpable el cariño del público por la artista, y cómo no, si sus canciones han formado parte de sus vidas, permitiéndoles dar palabras a sus emociones, y de ahí que, entre ovaciones y llantos, canciones como «Sin Mí» y «Te Quise» sonaron con tanta fuerza. Ya con «Hombre», y unos televisores prendidos al costado izquierdo del recinto que levantaron algunas dudas, la artista da fin a la primera parte de su concierto.

Lo que sucedió después fue realmente algo único y que le dio un nuevo significado a ello que llamamos conexión e intimidad. Camila contaba a su público de aquella vez que tuvo una presentación en Valparaíso pero se cortó la luz, lo que le impidió hacer uso de sus instrumentos eléctricos, lo que simplemente le significó tomar otra forma de comunicar sus canciones. Así es como, con guitarra en mano, emulando dicho momento, llama a Rosario Alfonso para que le acompañase a interpretar «El Origen del Arcoiris» –primer tema de «Pangea, Vol. 2″–. Un público atento y respetuoso que recitaba cada verso, permitía sentir la magia y sensibilidad de un momento de los que simplemente se agradecen. Así también sucedería con «Lo Cierto», quien trajo a Tiare Galaz aka Niña Tormenta y a María Quediostesalve (quien, además, se encargó de los vestuarios). Lo que sucedería después sería uno de los momentos más altos del concierto, incorporándose Juanita Parra, el coro conformado por Mora Lucay, Niña Tormenta, Natisú, Rosario Alfonso y María Quediostesalve, y la banda completa, para brindar una sentida versión de «Sabré Si al Final», integrando un sentido de comunidad con una candidez que emocionó profundamente. Quizás sea uno de los instantes que permita entender parte de la filosofía de Moreno, esa que toma el sentido más humano de este arte llamado música, y saliendo un poco la alienación de la tecnología. Puede que sea por las ganas de la artista de experimentar aún más de cerca, después de todo, la pandemia le hizo ver en su momento que el computador no era el sitial por el cual expresarse. La razón por la que sea, permitió entablar un momento precioso que de seguro cada asistente recordará con cariño.

Ya de vuelta en el escenario principal, se hizo notar una notable tríada del «Mala Madre», de la mano de la envolvente «Julia», el distópico groove de «Máquinas Sin Dios» y la energía inagotable de «Libres y Estúpidos». Tres canciones con sus propios matices que permitieron dar cuenta de ese entramado complejo de sentimientos y sensaciones que evoca las creaciones de la artista, comulgando con lxs presentes entre saltos, aplausos y ovaciones. Siguiendo, «Incendie» fue quizás el momento más pesado de todo el show, con una impronta rítmica contundente y dominante, lo que contrastaría por completo con «Corderito Mío», canción que contempló la instancia más íntima y silenciosa de la velada, con una Camila Moreno en su estado más vulnerable, recitando dichos versos que escribió a su hijo, de rodillas en el piso y cubierta de paneles rojos. Escalofriante. El set terminaría con un corte art pop por excelencia de «Rey», «Comer Llorando» que se enredaba con el glitch y luces futuristas, presentando la importancia de este álbum, por si es que no había quedado claro.

Después de breves minutos, Camila Moreno regresa al escenario para interpretar «Ojos Azules», pero antes de hacerlo, se dio un momento de hablar sobre sus últimos años y todo aquello que le permitió encontrarse a sí misma. De cómo el feminismo, la ciencia ficción y la imaginación le salvaron la vida, en aquella figura del cyborg donde la identidad de género no es realmente importante y también de cómo el placer vino de la mano de reconocer su bisexualidad. Todos elementos que la artista ha incorporado a nivel humano en sus presentaciones y composiciones de los últimos tiempos. Tras eso, se da un momento minimalista en que Moreno con guitarra eléctrica en mano, nos brinda una potente versión de «Ojos Azules», sentando el precedente para lo que sucedería a continuación.

Rosario Alfonso, Natisú, Mora Lucay, María Quediostesalve, Niña Tormenta, Rubio, Javiera Parra, Princesa Alba, Juanita Parra y Soulfía se incorporaron al escenario, para entregar junto a Camila el grand finale del concierto y lo que terminó de cerrar esta experiencia con «Quememos el Reino». Una oda a las amigas, a la comunidad que se da en el feminismo y a esas ganas de tirar abajo la sociedad patriarcal que se materializó en una catarsis absoluta y sumamente potente en que era posible ver a distintas generaciones de mujeres músicas chilenas, de distintos sonidos, que han entregado aportes inconmensurables a la música de este país. Una instancia que se sostendría como el momento más sorprendente, del cual era imposible no conmoverse y formar parte de ese pedazo de historia que sucedía allí.

Es que de eso se trata, y en palabras de Camila Moreno, las mujeres se han visto forzadas a pensar en un mundo mejor donde las opresiones no existan, en el que se pueda vivir en paz, y a decir verdad, si la sociedad fuese la mitad de lo que sucedió ayer en el Teatro La Cúpula, definitivamente es un lugar en el que daría gusto vivir. Eso es lo que propone la artista en sus presentaciones, un mundo libre, y que con esperanzas, hay que seguir construyendo para alcanzarlo. Realmente, un concierto para recordar por la posteridad. Bravo.

 

Setlist:

  1. Rey, Rey Secreto y Villano
  2. Cerca
  3. Es Real
  4. Déjame –con Javiera Parra y SOULFÍA–
  5. Tu Mamá Te Mató
  6. Sin Mí
  7. Te Quise
  8. Hice a Mi Amor Llorar –con Rubio–
  9. Piedad
  10. Detonación Remix –con Princesa Alba–
  11. Hombre
  12. El Origen del Arcoiris –con Rosario Alfonso–
  13. Lo Cierto –con Niña Tormenta y María Quediostesalve–
  14. Sabré Si al Final –con coro y Juanita Parra–
  15. Luz Asesina –con coro–
  16. Julia
  17. Máquinas Sin Dios
  18. Libres y Estúpidos
  19. Incendie –con Natisú–
  20. Corderito Mío
  21. Comer Llorando
  22. Ojos Azules
  23. Quememos el Reino –con todas las artistas invitadas–

Juan Pablo Ossandón

Director de Expectador.

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